Los vecinos de Celles, Siero, muestran su hartazgo por la situación en la que está su gran joya arquitectónica del barroco, el palacio de la Torre. El colectivo vecinal "San Juan Bautista" urge al Principado a que ejecute la reforma de este Bien de Interés Cultural (BIC) de manera subsidiaria y después le pase la factura a la propietaria. Esta nueva petición por parte de los vecinos llega una vez LA NUEVA ESPAÑA reveló que un informe encargado por el Ayuntamiento de Siero, apunta a la posibilidad de que se lleve a cabo la reforma, que sería muy costosa, al estar el interior en ruinas.

La presidenta de la asociación vecinal, Carmen Calvo, se muestra muy crítica con la gestión de la administración en este caso: "Lo único que está haciendo desde el año 2007 la Dirección de Patrimonio (que forma parte de la Consejería de Cultura) es engordar el expediente con papeles", afirma tajante.

A su juicio, no ha existido voluntad de solucionar el estado de mala conservación en el que se encuentra el monumento: "Llevamos desde 2007 luchando por que tire para arriba y el Principado no parece que tenga intención. La propiedad solo quiere quitarle la protección de Patrimonio para poder tirarlo", lamenta. Algo que, defiende, "es imposible", pues "mientras quede una piedra y sea BIC, la ley no lo permite".

A los que residen en las proximidades les genera "gran dolor" ver en este estado una construcción de esta relevancia. Sin embargo, los diversos amagos que ha habido de reparación han acabado diluyéndose en pleitos.

"El gobierno de Siero nos dijo que lo habían puesto en manos de un abogado y que se iba a solucionar. Sin embargo, no nos dieron más datos de quién era el letrado o cómo estaba el asunto", apunta Calvo.

Por el momento, lo que sí se conoce -tal y como informó este periódico- es que el gobierno municipal solicitó un informe para conocer el estado del palacio. El documento apunta que la fachada y el perímetro mantienen un estado de conservación aceptable. El problema está en el interior.

A juicio de los arquitectos, existen posibilidades de reparación mientras parte de él siga en pie. La otra opción, la de declararlo en ruina, tendría que justificarse con preceptos técnicos, arquitectónicos o económicos.

En todo caso, el Ayuntamiento no tiene las competencias sobre este bien protegido. Por ello, las autoridades municipales dejan en manos del Principado cualquier decisión.

El palacio de la Torre de Celles es un Bien de Interés Cultural y, como tal, tiene unas exigencias de conservación que se han de cumplir obligatoriamente. A pesar de ello, en los últimos años su deterioro ha ido a más de una forma que ha hecho incluso temer por la integridad del edificio.

El derrumbe de parte de la cubierta y las filtraciones de humedad en la fachada principal, que es el mayor valor del edificio, habían provocado, entre otras cosas, la aparición de grietas.

Las advertencias llegadas especialmente de la asociación de vecinos San Juan Bautista de Celles han sido continuas. Su presidenta, Carmen Blanco, lleva ya trece años tratando de que se tomen medidas que eviten la irreversibilidad de los daños.

Y es que se trata de uno de los mejores palacios del Barroco rural asturiano, y todavía conserva su fachada, pero la ausencia de cubierta y las continuas filtraciones de humedad han puesto en peligro su integridad. La Consejería de Cultura, preguntada sobre sus intenciones en el Palacio de Celles, no se ha pronunciado.