Elisabet Felgueroso

(Langreo, 1980) presentó hace unas semanas su estudio «Muyeres na primera lliteratura de mines», que analiza los personajes femeninos de la literatura obrera de finales del siglo XIX y principios del XX. Felgueroso es licenciada en Filología Hispánica y es colaboradora en LA NUEVA ESPAÑA. No es la primera vez que esta escritora, autora de «Paxines del llibru muertu», se interesa por la minería, ya que tal y como dice, forma parte de su vida.

-¿Cómo eran los personajes femeninos de la primera literatura entorno a las minas?

-Me centré en un período muy concreto, comprendido entre finales del siglo XIX y el comienzo del siglo XX, la literatura minera del realismo-naturalismo. En esa época encontramos los arquetipos comunes de arte finisecular, pero también conviven con ellos nuevos modelos de feminidad, que surgen como reflejo de los cambios del momento histórico por la industrialización.

-¿En qué se nota ese cambio?

-Por primera vez las mujeres salen del ámbito doméstico y ocupan espacios más masculinizados, debido a la falta de mano de obra que requiere la industrialización. Aparecen personajes que, aunque en el momento en el que se escribe están cagados de matices negativos con la mentalidad del siglo XXI, son verdaderas pioneras.

-¿Y cómo son esos personajes actualmente?

-En los últimos años, la perspectiva es diferente. Las propias mujeres contamos nuestras historias y eso suma mucho. Además, los hombres que tratan los personajes femeninos ya no lo hacen adoptando una visión de superioridad, si no como iguales. Podemos decir que los personajes femeninos son más ricos, más redondos, que ya no son tan estereotipados.

-¿Jugó la mujer un papel importante en la historia de las comarcas mineras?

-Tuvieron un papel totalmente imprescindible, tanto las que trabajaron en las minas como las que lo hicieron alrededor de los pozos, bien en oficios o en sus casas. Las mujeres trabajaron siempre tanto o más que los hombres, pero siempre hay el mismo problema.

-¿A qué se refiere?

-El trabajo de la mujer no se reconoció. Lo mismo que pasó con las revueltas obreras. No hace falta remontarse a la Revolución Francesa para hablar del peso de las mujeres en los movimientos populares. Aquí en las Cuencas tenemos muchas vecinas que dieron la cara y lo siguen haciendo.

-¿Era común que las mujeres trabajaran en la mina?

-Me sorprendió que en 1918 estaban contabilizadas 3.674 mujeres haciendo tareas minero metalúrgicas? Luego dirán que no podemos trabajar en las minas.

-¿Qué relación tiene con la minería?

-Vivo al lado de un castillete y la mina es parte de lo que soy, además se ser hija y nieta de mineros. Una de mis abuelas trabajó en la mina San Vicente, otra en el economato de Hunosa. En este valle, quien más o quien menos tiene una gotina de carbón en la sangre.