Y el gato estaba de parranda. Es el final de un suceso inédito que ocurrió ayer en Mieres, en el entorno del cementerio. Tres efectivos de Bomberos de Asturias acudieron a una llamada de auxilio: un gatito muy pequeño estaba atrapado en la orilla del río y no podía escalar hasta la carretera. Cuando llegaron, y tras una intensa labor de rastreo, descubrieron que el animal ya estaba a salvo: un vecino acudió al lugar, lo cogió con una mochila y se lo llevó a casa.

Una voluntaria de Gatos Mieres colaboró con los bomberos, tras atender la llamada de una vecina preocupada. "A mí me pasaron esta foto, en la que se ve al gatín en la orilla del río", explicó, señalando la pantalla de su "smartphone".

Efectivamente, costaba verlo, pero ahí estaba. Un pequeño gato de color claro que peleaba entre la hierba por no caer al río. Los efectivos de bomberos, con trajes de neopreno, recorrieron el tramo del río en el que supuestamente podría encontrarse el animal. La actuación generó mucha expectación entre los vecinos que estaban en el cementerio y muchos salieron a seguir las labores de cerca. Una mujer dio la clave que terminó con la intervención: "Al gatu ya lo vinieron a buscar hace rato, un chaval con una mochila. Bajó y lo cogió".