Los vecinos de La Cortina (Lena) aún no duermen tranquilos. Siguen mirando con recelo a la ladera que corona el pueblo y en la que, el pasado mes de junio, se produjo un desprendimiento que arrasó con cuatro casas y dejó el centro de la localidad prácticamente devastado. "Tememos que haya más desprendimientos", afirman, aún con el susto en el cuerpo, cinco meses después.

Los vecinos mantuvieron ayer un encuentro con la alcaldesa del concejo, Gema Álvarez, para conocer de primera mano el momento que atraviesan las obras y las soluciones previstas para la ladera. La actuación está parada temporalmente por la falta de pagos, que se ha resuelto con un acuerdo entre Ayuntamiento y Principado: Lena aportará 100.000 euros y la Administración regional algo más de medio millón de euros. En un principio, se había previsto que el Principado abordara toda la inversión: "Lo que nos interesa ahora es dar una respuesta a los vecinos, no entraremos en una guerra con el Principado", afirmó ayer la dirigente local.

No entrarán en guerra, pero tendrán que incluir esos 100.000 euros en los Presupuestos de 2019. Según explicó Gema Álvarez, "tras consultar con Intervención, sabemos que estamos en una situación que nos lo permite. Eso sí, habrá que ser prudentes en la elaboración de las cuentas para incluir esta inversión imprevista".

Tan imprevista como la caída de esas cuatro piedras de gran tamaño -superaban las cien toneladas de peso- que impactaron contra el centro del pueblo. Afortunadamente, no hubo que lamentar daños personales. "Lo cierto es que aún seguimos intranquilos, tenemos mucho miedo de que se produzca un nuevo desprendimiento. Sabemos que hay otros pueblos en la zona con el mismo temor, pero es que a nosotros ya nos ha ocurrido una vez", afirmó ayer Miguel Díaz, secretario de la asociación de vecinos.

Sobre este temor también hablaron en el encuentro con la Alcaldesa. Gema Álvarez explicó que "nos habían explicado ya que hay una zona que les parece conflictiva, en la que posiblemente había grietas ya antes de que se produjera el gran argayo de junio". Es por eso que el Principado, siempre según la versión de la dirigente local, ha iniciado un estudio geológico de la zona: "Estamos a la espera de los resultados y tomaremos las decisiones que sean necesarias. Siempre he dicho que la seguridad es lo más importante".

Las obras

A los vecinos también les preocupa que el pueblo recupere su esplendor, ahora nublado por las máquinas paradas que reposan en el centro de la localidad. La empresa dejó de trabajar hace una semana, tras abordar esta dura actuación desde junio y sin cobrar ni un sólo euro. Son conscientes de la preocupación vecinal que el "parón" ha despertado, así que se han comprometido a recuperar los trabajos con una única condición. Ni siquiera es necesario que empiecen los ingresos pero necesitan, al menos, que el Principado apruebe ya una resolución en la que comprometa su inversión. La obra se predecía ya costosa en las primeras valoraciones, pero no tanto: las primeras valoraciones situaban la inversión en algo más de 300.000 euros, frente a los casi 700.000 que han sido necesarios.