El Ayuntamiento de Sobrescobio denunciará en la jornada de hoy el sabotaje que vivió el pasado sábado la conocida ruta del Alba, que amaneció con barricadas en tres puntos del camino para evitar que los turistas deambulasen por allí. No sólo eso, también se colocaron carteles donde se podía leer "Los pueblos no viven por los veraneantes, sobreviven por sus habitantes". El alcalde, Marcelino Martínez, que condenó los hechos el mismo sábado, aseguró ayer que presentarán finalmente una denuncia "porque la tala de árboles sin permiso es un delito, y tendrá consecuencias, nunca había pasado esto en el concejo".

Martínez afirmó que "nunca vamos a apoyar este tipo de iniciativas, porque lo que pretendemos es que conviva todo, turismo y ganadería, un sector solo no vale, tienen que ir de la mano". Admitió el regidor que este año "ha habido una afluencia de turistas muy grande, y a veces es un caos". Algo de lo que también dio cuenta semanas atrás el alcalde de Caso, Miguel Fernández. Aún así, el alcalde coyán destacó que "sólo es un mes, hay que aguantar porque la hostelería local ya perdió bastante durante el confinamiento, y los turistas también tienen que disfrutar de esto, siempre respetando todas las señales que tenemos y usando mascarilla". En este sentido, el regidor abogó por usar "el sentido común", tanto para unos como para otros.

De momento se desconoce quién o quiénes fueron los autores del sabotaje de la Ruta del Alba, que tanto vecinos como hosteleros condenaron. Para encontrar un hecho de similares características en la zona habría que remontarse cuatro años en el tiempo y cambiar de concejo. Fue en la localidad casina de Bueres, en julio de 2016, cuando se iba a realizar el Trail Pastores de la Tercia. La salida de esta carrera de montaña tuvo que retrasarse debido a la presencia de árboles cortados a lo largo del recorrido que impedían el paso de los participantes.

Finalmente, la carrera pudo realizarse gracias a la ayuda de numerosos vecinos, voluntarios y miembros de Protección Civil, que colaboraron para despejar el trayecto. La organización, que denunció entonces los hechos al Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona), también había asegurado que días atrás había desaparecido parte de la señalización que habían instalado para el desarrollo de la prueba. Sin embargo, no lo habían achacado a un sabotaje como el de los árboles, sino a la presencia de las vacas, que se los podían haber llevado por delante. La historia vuelve a repetirse.