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Cómo "pilotar" un gochu de 350 kilos: el ganadero de San Martín premiado por su manejo de cerdos asturceltas relata su secreto

Sergio Baragaño, que ganó el concurso de manejo de cerdo asturcelta de Agrosiero, explica que "cuesta que te hagan caso, pero son muy listos"

Sergio Baragaño, con «Maki» a la izquierda y otros dos gochos. | J. Vivas

El mierense Sergio Baragaño, de 41 años, ostenta actualmente el título de campeón del mundo de manejo del gochu asturcelta, un reconocimiento que obtuvo durante su participación en el certamen Agrosiero. Baragaño, que tiene una finca en la Güeria Carrocera, en San Martín del Rey Aurelio, donde también reside junto a su mujer, asegura que manejar al gochu "es difícil, porque cuesta que te hagan caso". Aun así, confiesa que "no entreno nada, lo que pasa es que los gochos me conocen y son muy listos".

Lechones en la finca de Baragaño. | J. V.

El concurso de manejo de gochu consiste en realizar un circuito en zig-zag que termina con la subida del animal al remolque. En esencia, parece similar al que se realiza en otros certámenes con mascotas. "Yo tengo a los gochos sueltos por la finca, pero cuando llego, todos vienen donde estoy yo porque saben que les voy a dar de comer. Y lo mismo cuando se percatan de un movimiento extraño, que se escapan", destaca. El protagonista del concurso, junto a Baragaño, fue su gochu "Maki", de 350 kilos de peso y casi cinco años. Gracias al certamen, "le han salido bastantes admiradores, tanto para cubrir a otras hembras como para después, una vez que sea sacrificado". De hecho, asegura, están interesados en él los responsables de "El Tayu de Pedro".

La afición por los gochos le viene a Baragaño desde 2013. "Antes los tenía corrientes, pero hace unos cinco años compré a ‘Maki’ y comencé a meter alguna hembra más", destaca, señalando que con el tiempo ha conseguido ampliar su pequeña ganadería de gochu asturcelta. "Me gusta esta raza porque es autóctona, sobre todo por la morfología. Y además hay mucha diferencia con el gochu corriente, sobre todo en calidad, que es suprema".

Este ganadero, al igual que otros muchos, aprovecha los certámenes para dar a conocer esta raza al público general. "Hubo una exposición de razas autóctonas en Avilés, además de Agrosiero, y también estuve en Langreo Natural. Está bien que organicen este tipo de actos para dar a conocer la raza", destaca. Eso sí, asegura que, en su caso, "no vivo del gochu. Casi diría que, teniendo en cuenta el precio de los piensos y el combustible, esto es más una enfermedad, los tengo porque me gusta tener animales". Eso hace, como explica, "que nos encontremos en un momento difícil; a todos nos gustaría que hubiera más personas dedicadas a la crianza del gochu asturcelta, pero la cosa está difícil".

Hace unos veinte años que se recuperó la raza del gochu asturcelta, una crianza en la que cada día más ganaderos se suman, sobre todo por la calidad del animal.

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