La Flor que nació tras la pandemia: miles de romeros se reúnen en Piedracea, tras años a medio gas por el covid

La emblemática jira de Lena es la primera de la temporada en los valles mineros, "venir al prau es religión"

Sidra, sol, empanadas y buena compañía. ¿Qué puede salir mal? Absolutamente nada. Más de dos mil romeros se han reunido hoy para celebrar la jira al prau de Piedracea, en la última jornada de las fiestas de La Flor de Lena. "Hay muchas ganas de romería; venir al prau ye religión", afirmaron los asistentes. Es la primera vez, desde la pandemia del covid-19, que la fiesta se celebra con todo su esplendor. El año pasado, la adversa meteorología -llovió el día antes- la deslució un poco. Además, es el encuentro que da el pistoletazo de salida para las fiestas del verano.

No falló ni el tiempo. El termómetro anduvo hoy cerca de los veinte grados desde primera hora de la mañana. En el cielo, ni una nube. "Lo que presta es seguir la tradición al pie de la letra", comentó Enrique Pereira al llegar a Piedracea. Y la tradición dice que, como hicieron él y su familia, hay que subir andando desde la Pola. Enrique acudió a la fiesta con sus hijos, Enol y Amaya. Fue la primera jira de los pequeños, que hasta hace poco vivían en Jaén: "Lo que más me gusta es el prau", afirmó el niño. Estuvieron con ellos Laura Pereira, hermana de Enrique, y su hija, Paula. "Yo ya conozco la fiesta, ya vine muchas veces", explicó la pequeña.

Veteranos

Otros veteranos de La Flor son Andrés Cachero, Miguel Allande y Javes Collado. Junto a un grupo de amigos, estaban escanciando un poco de sidra más allá del mediodía: "Pero toma un culín, ho". Lo que no aguante el cuerpo de los jóvenes: "Llevamos ya cuatro días de fiesta. Bueno, yo cinco; porque el Madrid ganó el partido de la Champions y hubo que celebrarlo", bromeó Cachero. Fue el encargado de escanciar para todos sus amigos, con paciencia y sin olvidarse de ninguno.

Y mientras los chavales disfrutaban en el prau, la Asociación de Amas de Casa celebraba su Concurso de Empanada. Empezó la misa por la Virgen de La Flor -primero hubo otro oficio por los cofrades-. Hay una peculiaridad en esta fiesta lenense: la procesión es antes que la misa. Los romeros portaron la imagen de la Virgen por el entorno de la bonita capilla. La puya del ramu se alargó hasta primera hora de la tarde. De la gaita se encargó Luis David Suárez, del tambor Tania García Nespral. Los dos son ya asiduos a La Flor y afirmaron que lo que más les gusta es "el ambiente que hay".

Y lo mejor, dicen los más avezados, es pasarla en familia. Como Sergio Caballero, que trabaja en Bilbao pero siempre se pide el día libre: "Es el día en el que nos reunimos toda la familia; cada uno trae una cosa para comer todos juntos", señaló. Este año, además, se encontró en el prau con su amigo Rodrigo Cabo y Yohana Núñez. Fue la primera vez para la chica: "Me parece que es una fiesta muy divertida y que todo el mundo está de muy buen humor".

Aunque el sol calentaba con justicia. Así que Mapo y Candy Vázquez se sentaron a la sombra, mientras su amiga Arantxa Mesa se encargaba de la sidra. "Estaremos aquí hasta bien entrada la tarde, el ambiente es genial y a La Flor hay que venir sin prisa", coincidieron. Sin prisa, sí, porque no apetecía dejar el prau. Para despedirse, un culete de sidra de Lidia Farpón: "No hay que marchar todavía, que el día ye muy largo".

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