Opinión | Tribuna

Alleranos en las instituciones de la diáspora

El papel de Manuel G. Llamazares y otros emigrantes en los inicios de los centros asturianos de América

La presencia de los emigrantes de las Cuencas en la presidencia de los tres grandes centros asturianos de América –Cuba, Argentina y México– no ha sido muy pródiga. Sólo recordamos la del casín de Tarna, José Corral Simón, a finales de los años 20 del pasado siglo en el Centro de Cuba. Existió otro presidente, el de Argentina, Manuel G. Llamazares Velasco, natural de Casomera (Aller), aunque su primer apellido denota sus antepasados de la vecina León, donde es muy frecuente. A finales del XIX, en 1897, Llamazares sería el primer presidente del Centro, un emigrante de Casomera qué salió de su terruño el 8 de agosto de 1857 para embarcarse en La Coruña y arribar a Buenos Aires el 12 de noviembre del citado año, después de una travesía oceánica de tres meses.

Había realizado el viaje en la fragata «Guadalupe», construida en el astillero de Viavélez, que regía Zoilo de Fano. Trabajó durante 9 años como dependiente y terminó asociándose a Antonio Benítez, fundando una agencia de comisiones bautizándola con el nombre de «Llamazares y Benítez».

Llamazares se integró pronto en las sociedades españolas y asturianas de Buenos Aires y ocupó diversos cargos en las mismas, entre ellas la Sociedad Cosmopolita «La Fraternal», siendo de ella presidente. Al margen de su actividad empresarial, Llamazares desempeñó el cargo de juez de primera y segunda instancia del distrito II. Fue secretario honorario de la Asociación Española de Socorros Mutuos de Buenos Aires en 1886. En 1897, compatilizaba la presidencia del Centro Asturiano de Buenos Aires con el puesto de vicepresidente de la Asociación Española de Beneficencia, una de las primeras asociaciones benéficas fundadas en América. Para no cansar al lector, omitimos otra serie de entidades donde estuvo presente Llamazares

A pesar de la elevada emigración de los alleranos a Cuba, sobre todo, y Argentina, apenas hubo representación destacada en las directivas de los centros asturianos de América. Si tuvo cierto protagonismo un vecino de Felechosa, Luis Muñiz Blanco, con un papel importante en la decisión final de ubicar los Sanatorios del Naranco del Centro Asturiano en Oviedo.

Las presidencias de los centros asturianos de Buenos Aires, La Habana o México tenían una relevancia social muy alta, comparable a la de los alcaldes de las citadas ciudades. En México recordamos el protagonismo de la familia casina de los Isoba en las directivas del Centro Asturiano o los Polis, de Caleao, en el de Buenos Aires.

Finalmente recogemos unos párrafos dedicados a Llamazares por la revista «Asturias» de Buenos Aires, con ocasión de la inauguración de un local del Centro en 1897. «Creemos que de ninguna manera mejor podemos inaugurar la galería de nuestra revista que honrando su primer número con el retrato actual del digno presidente del Centro Asturiano» y más adelante continúa: «Llamazares conquistó la estimación general de la sociedad en que vive, tiene el afecto de todos sus paisanos, es patriota y hasta apasionado por todo lo de su patria».

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