"Se agradecen los rumores, pero me encantaría seguir en el Langreo"

"Tras la derrota ante el Compostela estuve dos días pensando sobre si pasar a un estilo más directo"

Javi Vázquez, entrenador del UP Langreo. | Miki López

Javi Vázquez, entrenador del UP Langreo. | Miki López / A. L.

Noé Menéndez

Noé Menéndez

Por fin se han terminado las finales para el Langreo. Tras meses de trabajo, Javi Vázquez (Madrid, 1986) ha conseguido lo que, de primeras, parecía imposible. Los azulgranas han logrado la ansiada salvación en Segunda Federación, y aunque el madrileño evita los halagos, en gran parte ha sido gracias a su labor con la pizarra. Aunque llegó a la Cuenca con un estilo de juego, el técnico supo adaptarse a sus jugadores, modificó sus ideas y, ante el Valladolid B, desató la euforia en el Nuevo Ganzábal. Su futuro está en el aire, pero Vázquez no puede estar más feliz en la que es ya su nueva casa.

–¿Cómo fue la celebración de la salvación?

–Espectacular. Estaban en el campo mis padres y mis amigos y lo pudimos celebrar todos juntos. Además, ver a la afición así de contenta fue increíble. Es un recuerdo que no se me borrará en la vida.

–¿Cómo se siente después de haber logrado el ansiado objetivo?

–Tengo la sensación de cumplir el objetivo con el que llegue aquí. Hubo un momento que parecía muy complicado, por lo que yo creo que se valora doblemente. Estoy muy feliz. Ver a los jugadores felices por haberlo conseguido me motiva mucho. Es un grupo de chavales increíble. Aunque no hubiésemos conseguido la salvación yo estaría orgulloso por todo el proceso que nos ha llevado hasta aquí. Faltaba la guida del pastel y ahora ya está todo hecho.

–Desde que llegó estaba convencido de que lo iba a lograr.

–Mientras hubiese esperanza había que creer. Al principio ni los resultados ni el juego trasmitían la seguridad para hablar de permanencia, pero yo veía que cada fin de semana íbamos a mejor. Había que confiar en el proceso y seguir insistiendo. Íbamos a morir hasta el último día, y gracias al trabajo pudimos llegar a la última semana dependiendo de nosotros.

–¿Cuál fue el punto de inflexión de la temporada?

–La derrota ante el Compostela (0-3). Lo tengo clarísimo. Esa noche dormí solo una hora y me fui a Madrid, porque teníamos dos días de descanso. Estuve los dos días analizando si la línea que estábamos siguiendo era la correcta y me di cuenta que no. Había que cambiar el modelo de juego. Tras mucho pensarlo, en el duelo contra el Burgos cambiamos nuestro estilo. Hay decisiones que pueden ser acertadas o no, pero pasase lo que pasase contra el Burgos iba a apostar por ello.

–¿Qué cambió en su modelo de juego para conseguir la salvación?

–Soy un enamorado del juego de posición. Quiero que mis equipos tengan el balón lo máximo posible. Cuando llegué fue lo que intenté, pero tras ver los primeros partidos hicimos ajustes para jugar más directo. Después de la derrota contra el Compostela decidimos jugar más directo, para no asumir tantos riesgos. Atrás, en vez de ir cambiando entre defensas con el bloque alto y con el bloque medio, decidimos ser más simples y esperar para presionar en determinadas zonas. La idea era tomar menos riesgos para así ir creciendo, estar más tranquilos y ser más competitivos.

–No quiso morir en sus ideas.

–Conocía al grupo, había visto el equipo y cuando llegué al vestuario intenté jugar con mi modelo. El problema es que al llegar a mitad de año es más difícil transmitir ciertas ideas. Al final, la urgencia de los resultados está ahí. La clave está en adaptarse al vestuario. Ojalá pueda desarrollar mis ideas en el futuro en el club.

–¿Cómo ha trabajado el aspecto mental de los jugadores para convencerles del objetivo?

–Primero hay una parte que se basa en dejar semillas para que los jugadores nos crean. Los máximos responsables de la permanencia son ellos. Son los que han decidido creer en nuestras ideas. El día a día me permitió conocer el grupo, tener más confianza. Después de Compostela no dejamos de insistir. Cada semana tocamos unos palos u otros en función del partido.

–Su gran trabajo le ha puesto en el foco. Su nombre empieza a sonar para equipos como el Sporting B.

–A mí no me ha llegado nada. Hasta ahora no he tenido tiempo de pensar en nada que no sea el Langreo. Son cosas del fútbol, pero yo estoy centradísimo en mi trabajo. Lo que tenga que venir, vendrá. Se agradecen esos rumores, pero hasta ahora no hay ninguna propuesta.

–¿Le gustaría seguir en el Langreo y coger el proyecto desde cero?

–Me encantaría seguir en el Langreo. Aquí soy muy feliz y estoy contento con la afición. Mi contrato acababa en la última jornada, pero si el club quiere yo estaría encantadísimo de renovar. La negociación va a ser muy fácil. Solo si llegase una propuesta claramente mejor la valoraría, pero ahora mismo lo único que me planteo es seguir.

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