"Murió haciendo lo que más quería", dice la familia de Xabel Álvarez, el mierense fallecido en accidente de moto

Javi "el del Cafetón" se salió de la vía en la autopista a su paso por Lena cuando regresaba de Valencia de Don Juan

Familiares y amigos del fallecido, en el tanatorio de Mieres

Familiares y amigos del fallecido, en el tanatorio de Mieres / D. O.

David Orihuela

David Orihuela

Chus Álvarez recibió a las cuatro de la tarde del jueves la llamada que nadie quiere: “Te llamo de la Guardia Civil, tengo que darte una mala noticia”, le dijo una voz al otro lado del teléfono. Su hermano Xabel había muerto en un accidente de moto. “Quedé bloqueado”, reconocía este viernes en la sala tres del tanatorio de Murias, en Mieres, el hermano del fallecido. No se lo explica y no hay consuelo pero al menos se queda “con que murió haciendo lo que quería”, andar en moto, y con que “según me dijo la Guardia Civil la muerte fue inmediata”. Chus es enfermero y sabe lo que son los accidentes, “prefiero que muriese en el acto”. Los dos salían juntos en moto habitualmente. Todos los veranos reservaban un día para ir a comer a Valencia de Don Juan, en León. “Íbamos a la sidrería El Palacio, que el dueño era amigo de mi padre”, recuerda Chus. Hace unos días, cuando regresó de vacaciones llamó a su hermano para decirle que cuando quisiese hacían la ruta hasta León para ir a comer. Xabel, Javi “el del Cafetón”, decidió ir solo el jueves. Vieron su moto en Valencia de Don Juan, “pero si el accidente fue antes de las cuatro de la tarde, no comió allí”, explica su hermano. 

Javi "el del Cafetón".

Javi "el del Cafetón".

Chus Álvarez intenta comprender qué le pudo ocurrir a su hermano. Tiene claro que el accidente “no fue por cansancio, estaba de andar mucho en bici y el viaje a Valencia de Don Juan es corto, además estaba muy acostumbrado a andar en moto”. El tramo en el que el falleció Xabel, en plena autopista cuando circulaba por Villallana (Lena) en dirección a Mieres, es llano y sencillo. “El otro día subí a Payares y al bajar pasé por ahí, es un tramo fácil”, explica el hermano de la víctima. 

En los últimos tiempos a Xabel le había dado por la bici. El miércoles, un día antes de fallecer había salido a pedalear con su primo César que tampoco entiende lo que pudo pasar, “si hubiese sido bajando el puerto…”, decía, “pero se salió recto”. La familia no tiene palabras para expresar el dolor por la pérdida. “Javi era mundial”, resume su primo.

El hórreo de Cenera

Familiares y amigos tenían pensado rendirle tributo con una fiesta, una reunión bajo el hórreo que Javi había donado al pueblo de Cenera con la única condición de que se lo dejasen una vez al año para juntarse allí con los suyos. “Lo pasábamos muy bien en el hórreo”, recordaba en el tanatorio de Mieres uno de sus amigos. 

El cuerpo de Javi, como le llamaba todo el mundo, aunque en su DNI ponía Xabel, será incinerado. De él quedarán cenizas y el recuerdo de una buena persona. «No vas a encontrar a nadie que hable mal de él», insisten amigos y familiares. Un buen tipo, siempre con su sombrero y su asturianía, que se dejó la vida en la carretera, uno de los sitios donde más le gustaba estar.