Los fraudes por Internet llegan ya al turismo rural, con estafadores que se hacen pasar por clientes en las reservas

Detectan en Redes intentos de "phishing" en los que se pretende robar datos bancarios de los alojamientos haciendo reservas online

Vista del parque natural de Redes desde el Camín de Aceu, en Sobrescobio. | L. M. D.

Vista del parque natural de Redes desde el Camín de Aceu, en Sobrescobio. | L. M. D.

Luisma Díaz

Los cuerpos policiales llevan años alertando de que los delitos que más crecen son, con mucha diferencia, los relacionados con las estafas por internet. Este tipo de estafas han ido expandiéndose y diversificándose, y ahora llegan incluso hasta las reservas de turismo rural. Primero fue intentando conseguir ilícitamente datos de los clientes. Ahora, los piratas del "phishing" (timos en los que se suplantan identidades en la red) llegan a tener como objetivo conseguir asaltar cuentas bancarias de los establecimientos hoteleros.

Tales intentos se han detectado en negocios rurales de diversas zonas de Asturias, entre ellas el parque natural de Redes. Los estafadores se hacen pasar por clientes, llegando a utilizar los propios programas de reserva de las grandes empresas del sector, las OTAs (Online Travel Agency). El procedimiento es sencillo. Los establecimientos reciben avisos de que les han llegado reservas. En el caso de lo ocurrido en el parque de Redes, se trataba de estancias largas, de más de diez días, con un coste alto y para fechas en las no son habituales. El objetivo es captar rápido la atención del empresario. Además, en esta toma de contacto, se hace saber que la reserva tiene algunos condicionantes especiales: el estafador, presunto cliente, se hace pasar por una familia que viaja con un niño enfermo que tiene unas necesidades especiales para poder realizar la estancia con normalidad. Por eso, piden al alojamiento que se ponga en contacto con ellos, a través de un número de whatsapp o un correo electrónico.

El objetivo final es el mismo que en el resto de casos de "phishing": "infectar" el sistema informático de la víctima y extraer de él todos los datos confidenciales que puedan ser valiosos, desde información personal o contraseñas a números de cuentas bancarias de las que poder sustraer dinero.

Lo novedoso de los casos detectados estos días es que los estafadores suplantan la identidad de un posible cliente y para hacerlo utilizan directamente las páginas web de grandes centrales de reservas online. Aparentemente, no deja de ser un cliente plantea unos supuestos que no son los habituales en una estancia normal en un hotel y que pide que se contacte con él para dar más información.

Los establecimientos "atacados" en Redes no cayeron en la trampa, ya que la política de las empresas de reservas online va encaminada, precisamente, a hacer de intermediario y evitar el contacto directo entre el cliente y el establecimiento. Así, el alojamiento se pone en contacto con la OTA, que a través de sus grupos de seguridad confirman que se trata de un intento de "phishing". Desde la gran empresa se insta al establecimiento a reforzar sus medidas de seguridad online, cuando precisamente el intento de estafa llega a través del propio programa de reservas de la compañía.

Trasladar el problema

Son, por tanto, los establecimientos rurales, de menor dimensión que las grandes cadenas, a los que se les exige mantener niveles de seguridad informática similar al de éstas. Los buscadores de alojamientos, negocios internacionales, trasladan por tanto el problema de seguridad y los usos fraudulentos de sus motores de reservas a las pequeñas empresas, a las que cobran un mínimo de un 17% de comisión en cada reserva por aparecer en sus páginas, un porcentaje que debe aumentar si se quiere tener más visibilidad para competir a nivel global con todo tipo de establecimientos e incluso con particulares.

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