El alcalde de Langreo exige "desarrollar en su totalidad" el centro neurológico de Barros

El regidor Roberto García asegura "compartir el malestar" de las familias de los potenciales usuarios por la infrautilización del complejo

Miguel Á. Gutiérrez

El alcalde de Langreo, Roberto García, instó a "desarrollar en su totalidad" el Centro de Referencia Estatal para Personas con Discapacidades Neurológicas (Credine) de Barros, en Langreo, un equipamiento dependiente del Imserso. El regidor aseguró "compartir el malestar" de la Asociación de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) del Principado de Asturias , una de las enfermedades que debería ser objeto de tratamiento en el centro de Barros, que el pasado fin de semana, por medio de su presidenta, María José Álvarez, aseguró que el Credine "una pérdida de dinero y una vergüenza", ya que lleva más de un año abierto y funciona muy por debajo de sus capacidades.

"¿Cómo no vamos a compartir el malestar de las familias de enfermos de ELA?", indicó el Alcalde, que aseguró que "consideramos que es preciso dar respuestas concretas a sus demandas. De la misma manera que, por enésima vez, pedimos que se desarrolle el proyecto del Credine en su totalidad y que haya un transporte adecuado". Roberto García señaló que el Ayuntamiento está planteando estas reclamaciones de forma insisitente y "no hacemos más que repetirnos contra una pared que no produce ni eco".

El centro empezó a construirse en el año 2009 y según los plazos iniciales de la obra, tendría que estar abierto desde 2012. Tras varios problemas (entre ellos la quiebra de la constructora), retrasos y arreglos, los trabajos concluyeron en 2017. El complejo abrió sus puertas en marzo de 2020, pero no para su objetivo inicial, sino para tratar a pacientes con coronavirus. Lo hizo hasta junio de 2021. Después volvió a cerrar hasta abrir en mayo de 2022 pero con actividad reducida.

Apertura

Se abrió, en concreto, solo como centro de día, ya que los otros dos pilares incluidos originalmente en el proyecto –el bloque residencial y la parte dedicada a la investigación– siguen a la espera. Según los datos facilitados a principios del verano por los responsables del Imserso, se presta servicio a 13 usuarios y hay otros cuatro en espera. En espera porque lo han pedido ellos para acabar su rehabilitación y otras cuestiones. También había en esa fecha, en lo referente a la plantilla, una trabajadora social, tres enfermeros, una logopeda. Y de de las once auxiliares de enfermería de la oferta pública de empleo estaban trabajando siete. Además, había dos terapeutas ocupacionales, cuatro personas en administración y la directora.

El pasado mes de marzo, en respuesta a una pregunta parlametaria de Foro, el Gobierno central argumentó que "existe la previsión" de un "crecimiento paulatino" de la actividad del complejo de Barros "aprovechando las infraestructuras que ofrece el centro", aunque "dentro de las posibilidades presupuestarias y en estrecha colaboración, en especial, con los servicios sociales de la comunidad autónoma del Principado de Asturias". También expuso que "ni en los fines ni en las funciones" de la orden de constitución de 2018, "se establece que el centro deba destinarse preferentemente a tareas asistenciales" e insistió en la promoción de la autonomía personal como uno de los ejes principales.

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