Dos ilustres morciniegos con talento cuentan cómo se vivía en el Morcín del siglo XVIII

El historiador Pepe Martínez, de Busloñe, y el pintor Félix Fernández, de La Piñera, son los autores de un libro que contribuye a divulgar la historia del concejo

Noelia Pereira, concejala de Cultura de Morcín; los autores del libro, José Martínez Balbuena y Félix de Piñera, y el cronista del concejo, Fernando Delgado.

Noelia Pereira, concejala de Cultura de Morcín; los autores del libro, José Martínez Balbuena y Félix de Piñera, y el cronista del concejo, Fernando Delgado. / Fernando Delgado

Fernando Delgado

Fernando Delgado

José Martínez Balbuena, "Pepe", arraiga en Busloñe, en la parroquia de San Sebastián, mientras que Félix Fernández García nació en Las Cortes, en La Piñera. Ambos combinan su pasión por la historia y la pintura con el amor hacia su querido concejo de Morcín. Ambos son prudentes, observadores, callados y humildes. Escuchan más que hablan, muy buena muestra de su fina y aguda inteligencia.

El de Busloñe, más joven, siente gran pasión por la historia mientras el de Las Cortes, menos joven, ama la pintura, pero ambos combinan juntos dichas artes para dar fruto a este libro que nos da una inmejorable visión de cómo se vivía en Morcín en el siglo XVIII. Sin duda, un excelente trabajo que era necesario divulgar y dar a conocer a todos los vecinos de nuestro concejo.

Como Cronista Oficial de Morcín me siento muy orgulloso de haber contribuido a unir el talento de ambos ilustres y humildes morciniegos, además de excelentes personas, para sacar a la luz esta obra editada con la inestimable ayuda de Noelia Pereira, concejala de Cultura del Ayuntamiento de Morcín, organismo que ha financiado la publicación.

A Pepe le conocí en mayo del 2021, tras citarle en la redacción de LA NUEVA ESPAÑA, para entrevistarle con el fin de publicar un reportaje sobre la investigación que había realizado del Catastro del Marqués de Ensenada en Morcín en 1752 y que le había servido como trabajo de fin de grado, bajo la tutoría del profesor Fernando Manzano, después de licenciarse en Historia en la Universidad de Oviedo.

En 1752, el concejo tenía una población de 402 vecinos y en Peñerudes residían 32

Tras entrevistarle, comencé así aquel reportaje: "A José Martínez Balbuena (Oviedo, 1998), unos le llaman Pepe, otros Pepín y la mayoría le conocen por ser hijo de Laude Martínez, popular presentador de la TPA. Sin embargo, muy pocos son sabedores de la faceta investigadora de este joven que ha dedicado muchas horas a indagar en la historia del concejo de sus ancestros, afición que despertó de niño tras descubrir en la casa de sus bisabuelos, en Busloñe, una antigua lata de metal repleta de fotografías familiares de sus antepasados".

A Félix le conozco desde mucho antes. Estudió en el colegio de Santo Domingo en Oviedo y allí coincidimos durante el bachiller a finales de los años setenta, aunque él era y sigue siendo mayor que yo, en edad y en tamaño. Luego le encontré vestido con el uniforme de Policía Municipal por las calles de la capital del Principado donde llegó a ejercer como sargento antes de jubilarse.

Ahora, con más tiempo libre, se dedica a cultivar su gran pasión por la pintura retratando como nadie los paisajes de Morcín que firma como Félix de Piñera. Demasiado autocrítico con sus propias obras, ilustra de manera sublime los paisajes y paisanajes de las siete parroquias de nuestro concejo y sus acuarelas sirven como extraordinario decorado al texto histórico investigado por Pepe.

El Catastro del Marqués de Ensenada se realizó en Morcín el martes 23 de mayo de 1752 en la casa del maestro en Villar, en Castandiello, entonces capital del concejo. Un mes antes, el lunes 24 de abril, se realizaron las entrevistas del catastro en el Coto de Peñerudes, territorio que en aquella época no estaba integrado en el concejo.

Cabe reseñar que Morcín alcanzó su independencia como municipio el 12 de diciembre de 1579 tras disgregarse de la Mitra Obispal ovetense, en tiempos de Felipe II, gracias a la bula de Gregorio XIII, cuando el territorio es adquirido por los propios vecinos en 645.867,5 maravedíes y pasa a denominarse entonces "Villa y concejo de Morzín", estableciendo su capitalidad en La Pola de Castandiello.

Sin embargo, el Coto de Peñerudes quedaría fuera de esta adquisición y seguiría siendo independiente bajo la propiedad de Joseph Arguelles Quiñones y sus descendientes hasta 1827, año en el que se integra en Morcín coincidiendo con la disolución del régimen señorial. Este coto, privativo por concesión real, era propiedad del recaudador perpetuo de la ciudad de Oviedo y quienes vivían en él no le pagaban ningún tipo de tributo, pero estaban obligados a mantenerle una relación de vasallaje.

Cuando se realizan en 1752 las encuestas del Catastro del Marqués de Ensenada, Morcín tenía una población de 402 vecinos y en Peñerudes residían 32 habitantes. En las localidades de Villar y La Carrera se ubicaban las dos únicas tabernas existentes en el municipio donde residían 3 fabricantes de carros, 7 madreñeros, 6 mamposteros, 9 sastres, 4 escribanos, 12 arrieros, 7 carpinteros, 4 herreros y 11 tejedoras de lino y lana. En Peñerudes, había otra taberna y vivían 8 arrieros.

Los 34 molinos harineros existentes eran gestionados en su mayor parte por mujeres y también constan 39 molinos de mano, denominados ahora de rabil, que se utilizaban para deshacer la escanda. En La Foz, se ubicaban 3 molares batanes junto al río y en Peñerudes 5 molinos harineros.

Todos estos datos, recopilados en este excelente trabajo investigador de Pepe, ilustrado con las acuarelas de Félix, nos permiten conocer mejor como era la forma de vida de nuestros antepasados. Muchas gracias.

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