La "guerra del agua": Carmen Arbesú, exalcaldesa de Langreo, niega que llegase a acuerdos para reducir la concesión y acusa a IU de mentir

La exregidora ofrece su versión del conflicto con Hidrográfica, asegura que el actual gobierno local actúa con "cinismo" y se muestra dolida con algunos de sus compañeros del PSOE

Carmen Arbesú.

Carmen Arbesú. / F. Rodríguez

Luisma Díaz

La exalcaldesa de Langreo, Carmen Arbesú, ha salido a la palestra para defender su gestión, muy cuestionada, en la denominada "guerra del agua", en la que Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) pretende reducir la concesión de captación del canal de Curuxera, desde los 1000 a los 240 litros por segundo. La exregidora socialista asegura que es "absolutamente falso" que durante su mandato "alcanzara y firmara ningún tipo de acuerdo" con CHC para "reducir en un 70% los derechos históricos del Ayuntamiento de Langreo" sobre el agua del canal. Acusa al actual gobierno de IU de caer en una "falsedad demostrable" cuando la culpa de este problema, y se muestra dolida con sus compañeros socialistas, sobre todo, con el "antiguo secretario de política municipal del PSOE de Langreo", Francisco Torre, "quien se hace de nuevas en el asunto, cuando desde su posición como portavoz del grupo municipal lo conocía, lo conoció en su momento y no le dio ninguna importancia".

Arbesú niega que alcanzara ningún acuerdo para reducir los "derechos históricos del Ayuntamiento de Langreo". De hecho, subraya que "antes de que dejara la Alcaldía, la Confederación había iniciado un expediente para revisar el volumen de la concesión, sin que hubiera ninguna resolución, ni ninguna acción firme ni con fuerza legal". Continúa la exalcaldesa afirmando que "el plazo en el cual el Consistorio pudo defender todas las objeciones que deseara hacer es cuando se produce una resolución por parte de Confederación, y dicho periodo se abrió después de la toma de posesión del actual alcalde", Roberto García, de IU, "concretamente varios meses después del relevo del gobierno local". "No solo eso", añade Arbesú, "sino que en el anterior mandato socialista se solicitó el aumento hasta 200 litros por segundo del abastecimiento permitido a través" del otro canal existente, el del "Raigosu", una petición que "actualmente está concedida".

Ataca Arbesú a Roberto García y su gobierno, "incurren en un cinismo sin complejos al haber empezado a asegurar hace unas semanas, una vez aprobado el presupuesto municipal para 2024", apoyado por los socialistas, "que acababan de enterarse de estas circunstancias", diciendo que "solo ahora conocen la revisión decidida por Confederación Hidrográfica, cuya aceptación en perjuicio de los intereses de Langreo atribuyen al anterior equipo de gobierno". Según Arbesú, "esa es una falsedad demostrable, tan demostrable como que, en respuesta a una comunicación enviada por el Ayuntamiento, el alcalde Roberto García admitió por escrito en octubre, ante el comisario de aguas, que la resolución es ajustada a derecho, y que fija para Langreo un volumen de agua ‘del todo coherente con la situación de partida y las necesidades racionalmente previsibles’".

Siempre según la versión de Arbesú, en este escrito acepta el Alcalde "la fijación de la nueva concesión de 240 litros por segundo". Por tanto, el regidor e IU habrían tomado "las riendas de la situación al menos desde agosto de 2023, hace ya 5 meses, y presentaron sus propias alegaciones en octubre, hace 3 meses. Eran plenamente conocedores de estos hechos, que ahora denuncian con aparente escándalo". "A ellos", añade, "les corresponde explicar estos meses de silencio y los motivos por los que inician una campaña en la que se presentan como víctimas y reclaman apoyo incondicional".

La exalcaldesa también es crítica con sus compañeros del PSOE. Afirma, en el caso de Francisco Torre, que conocía el asunto, "malos augurios para realizar una oposición crítica y constructiva durante este mandato".

El actual gobierno local ha llamado a hacer un "frente común" por la defensa del agua de Langreo. Todos los grupos políticos, empresarios y los sindicatos apoyan estos derechos históricos, y temen que sea una maniobra para que el concejo tenga que comprar agua de Cadasa, el Consorcio de Aguas de Asturias.

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