Mieres acoge una retrospectiva de la pintora ovetense Monica Dixon

La pintora ovetense Mónica Dixon (1971) muestra una faceta casi desconocida en la exposición que mañana jueves se inaugura en el Instituto Bernaldo de Quirós de Mieres, una institución educativa donde se imparte el bachiller artístico y que alberga un auténtico museo de arte contemporáneo, con piezas de los mejores creadores españoles y asturianos del siglo pasado y el actual. Hasta el próximo día 31 de mayo podrá contemplarse “Round-trip journey”, un viaje pictórico de ida y vuelta, una pequeña retrospectiva de toda la obra de Dixon desde 2007 y hasta la actualidad. Habrá 12 piezas de gran formato, pero también dibujos bocetos e, incluso, alguna escultura. Alguna de estas piezas nunca se habían expuesto hasta ahora.

Mónica Dixon es una pintora que, en la práctica, parecen dos. Dos líneas temáticas muy bien definidas marcan su obra actual. Por un lado, están sus características casas, paisajes desnudos habitados solo por viviendas de aire norteamericano, un eco hopperiano de la infancia y juventud que esta pintora de padre estadounidense y madre ovetense pasó en Nueva Jersey. La otra línea creativa de Mónica Dixon transcurre de puertas para adentro: pinturas de interiores esenciales donde la luz hace esquina con el vacío.

Desde hace veinte años, tal y como explica Mónica Dixon, estas dos líneas han ido desarrollándose en paralelo. Las casas hablan de su condición doble, como asturiana y estadounidense. El primer “cimiento” de esas viviendas solitarias y alejadas de cualquier otro signo de civilización fueron las fotos que Dixo tomó en un viaje por la zona de Lancaster (Pennsylvania) , un espacio de “inmensas llanuras y praderas”. Las primeras casas surgieron de aquellas imágenes, “pero lo de las fotogradías no duró mucho ya que comencé a inventarme las casas, conociendo bien la arquitectura de mi zona –New Jersey, Pennsylvania- y posándolas sobre un paisaje metafísico”, explica Dixon. Los cuadros de esas casas llevan nombres de lugares reales “pero si vas ahí no encontrarás ese paisaje con esa casa”, añade.

Los primeros interiores que Dixon pintó, después de ir buscando su voz pictórica a través de otros temas como retratos, bodegones o paisajes, fueron los de su propia casa en Oviedo, “que daba lugar a la inspiración por tratarse de un piso antiguo”. Aquellos interiores tenían, todavía, algún mueble, incluso alguna figura humana, “pero no tardé en descubrir que me empezaban a estorbar objetos, muebles y lo que más de interesaba era la simple luz que se filtraba a través del exterior y las sombras del propio interior, en contraste con aquella luz”. Hoy, en ese camino hacia el “vaciamiento” del espacio llegó al punto en el que hoy se encuentra: hace sus propias construcciones para estudiar la luz desde enfoques distintos y luego las pasa al lienzo.

Pero la expo del Instituto Bernaldo de Quirós también regalará al visitante algunas sorpresas. Ya que se trata de un centro educativo donde se forman los artistas plásticos del mañana, Dixon quiso exponer también bocetos, dibujos a carboncillo, un autorretrato.... Algunos de ellos son de su época de instituto para que los propios alumnos del centro vean qué estaba haciendo Dixon cuando tenía más o menos la edad de los alumnos del instituto. Es un detalle hacia la labor de un centro educativo “que es realmente increíble tanto por la colección que tienen como por la labor que hace”. En la exposición también podrá contemplarse una de las esculturas de casas que la pintora ovetense hace con materiales reciclados, un aspecto de su obra apenas conocido hasta ahora. El horario de visita de la muestra es, de lunes a viernes, de 10 a 14 horas y de 17 a 20 horas.