Opinión | Dando la lata

Libertad y responsabilidad

Thomas Sowell dijo que "la libertad consiste en entender el valor de la responsabilidad", lo que explica que estemos como estamos. Porque no lo entendemos.

Los que lucharon contra la tiranía y los que disfrutaron la recién estrenada libertad sí supieron apreciar su valor, porque transitaron de un lado al otro. Pero las generaciones posteriores, nacidas libres, desconocen lo que sucede cuando la democracia enferma y se termina imponiendo el "ordeno y mando".

Algo falla cuando el estado de derecho fracasa a la hora de protegernos de la inseguridad, la violencia, el crimen. Porque, ¿de qué sirve la libertad si uno vive en constante peligro de muerte?

Ahí tenemos el ejemplo de El Salvador, un país aplastado por las bandas criminales y que hoy, por medios muy cuestionables, está recuperando el control de la situación y devolviendo la paz a las calles.

Afortunadamente, en España aún no llegamos a esa situación, pero la ley es incapaz de derrotar al narcotráfico ni de frenar la violencia de género. Incluso se muestra comprensiva con la ocupación de viviendas y el impago de rentas, dejando a los propietarios con el culo al aire y pagando el pato. Y en la aplicación de la ley se puede llegar a ser terriblemente injusto e implacable con unos y escandalosamente indulgente y laxo con otros, normalmente los incumplidores "profesionales".

Tenemos en la calle a individuos con decenas de antecedentes penales, acostumbrados a que no pasa nada, que sus delitos salen gratis, o casi, que se mofan de una policía maniatada, harta de atrapar para luego soltar.

Para vivir en libertad y poder disfrutar de ello, en primer lugar, el Estado de derecho ha de ser efectivo y justo. De no serlo, acabará sucediendo que el ciudadano, convertido en víctima, reclame soluciones rápidas y contundentes, sin detenerse en su legalidad, poniendo entre paréntesis los principios democráticos.

Porque, al final, lo único que quiere es poder pasear por el pueblo sin temer ser atacado y conservar sus bienes sin que nadie se los apropie.

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