El brillo del espíritu

José Luis Rey da por cerrada su trayectoria poética

Lauren García

Lauren García

"El dorado" constituye una exclamación de vida, en arrebato hacia la transcendencia del ser, como consumación de la misma, y cierra en sus propias palabras la producción poética de José Luis Rey. Un poema único que sigue y concluye un ciclo vital, con un sentido del ritmo y el verso como contrapunto que traspasa la muerte. El poeta cordobés toma como suyas la frase de Jorge Guillén para afirmar: "La obra está completa". Fe consistente en la literatura.

Desde la elegancia en la metáfora y un refinado gusto literario, las visiones oníricas que brotan del poema se adueñan de la emoción, en nostalgia de la juventud e infancia perdidas y en reclamo de belleza y verdad y un mundo más perfecto y redondo. La identidad de El Dorado, su desmedida búsqueda, conservará la timidez de la niñez, el fervor de la adolescencia, la plenitud del adulto y la espiritualidad preservada de la vejez, desde una ingenuidad premeditada y lúcida: "Adiós dorado, dime tras la muerte / otra vez las palabras amarillas, / las que hacen despertar". Estos versos se detienen sobre el espíritu, pero sin teorías etéreas. Desde los pies en el suelo, en lo palpable, se emprenden altos vuelos y cotas líricas.

Cualidad oferente de su poesía de compartir dicha y desgracia, a título humano. Las visiones se adueñan de la emoción, lo idílico se refrenda en verso: "Muchacha rubia, tan desnuda y bella, / con mi discurso yo te cubriré, / pondré países en tus ojos claros / y cascabeles en / tu melena vibrante". También figuran las alusiones viajeras que también se han ido desgranando en toda su obra. La grandeza de la literatura empequeñece los límites del universo.

Hay en todo la obra del escritor andaluz una depuración visionaria, que deja las imágenes como intocables. A su vez subyace el gusto refinado de lo literario, a modo de homenaje y revisión de los clásicos, para reflejarse en sus aguas cristalinas y amplificar la belleza. Milton o Rilke son algunos de los elegidos que pasan por sus páginas: "Cantad solo, cantad tan solamente, / quemad todos los libros. / En la tumba seréis grandes autores, / Oh Tolstóis del temblor".

Un poemario de alma pura que es música acordada en el satisfactorio regodeo interior: "Fui uno de vosotros, pero vi. / Y volé. / Calla tú, calla tú, dorado calla. / No digas el misterio de haber sido".

"El dorado" es búsqueda, hallazgo y celebración de una identidad, génesis y epílogo. El libro definitivo de un poeta lumínico, que resplandece por igual en el sonido y en el silencio.

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El dorado

José Luis Rey

Visor, 66 páginas, 11,40 euros

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