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Fondo Norte

Serbia, paraíso natural del gol rojiblanco

Una ráfaga de cinco minutos bastó a Lekic y Scepovic para hacer tres goles por la vía de la sencillez

Serbia, paraíso natural del gol rojiblanco

Diez de los doce últimos puntos en disputa, aunque los tres de ayer llegaron después de un absurdo sufrimiento porque el Sporting que se ha colocado a la vera de Deportivo y Recreativo se dejó meter dos goles que dieron vida a un Mirandés que a los 39 minutos de la primera parte estaba liquidado.

"Chaval, pon una ráfaga", le decía el veterano radiofonista al control que le acompañaba en sus programas. La frase parece que alguien se la dijo ayer a los jugadores del Sporting. Pusieron una ráfaga de cinco minutos, los que fueron desde el treinta y cuatro al treinta y nueve del primer tiempo. Dos cabezazos de Lekic y Scepovic y un preciso remate del segundo, tras una maniobra de enorme calidad en la que se deshizo de dos rivales, pusieron un tres a cero en el marcador entre el jolgorio de las gradas que, como los autobuses que anuncian la cadena de televisión que transmite los partidos de los rojiblancos, se empezaron a acordar del ascenso.

El Sporting hasta entonces había controlado sin más el partido pero parecía un tanto conformista con la evolución de los acontecimientos, como si no conociera los resultados que habían logrado los dos grandes rivales, que daban a los tres puntos de ayer una importancia enorme. Porque permitirían acercarse al líder y al segundo, a tiro de piedra ya, y distanciar a los que vienen apretando por atrás. La celebración de Sandoval al gol del Jaén ante el Mallorca tuvo ese significado. Los tres goles llegaron desde lo más simple y desde lo más eficaz: centro de Santi Jara desde la derecha, cabezazo de Lekic; centro de Canella desde la izquierda, cabezazo de Scepovic. Pase perfecto de Nacho Cases, el Xavi Hernández rojiblanco, quiebro de Scepovic y remate raso y colocado ante un portero vencido. La fiesta había comenzado porque las buenas gentes rojiblancas llevaban hechas las cuentas desde casa y sabían cómo estaba la clasificación.

Pero a este enorme Sporting en el ataque le falta equilibro defensivo, que diría Ancelotti. Una falta lateral y un cabezazo de un rematador que no se caracteriza por su envergadura. Un gol al borde del descanso que sin duda dio aliento a un Mirandés cargado de la experiencia que dan los años. Tras el intermedio, una buena salida visitante y una buena respuesta local. Pudo llegar el cuarto en un remate cruzado de Santi Jara, con paradón de Jiménez, y en un remate cercano de Canella, tras formidable jugada, desviado por un defensa. El juego volvió a equilibrarse con un Sporting al que no le salían los contragolpes. Y en esto, un centro raso desde la izquierda, fácil para la defensa local, se convirtió en el pase de la muerte para que un recién aparecido, Docal, marcara el segundo de los burgaleses y regalara unos minutos de inquietud a unos aficionados que no ven un partido tranquilo desde hace algunas semanas.

El objetivo de ayer, los tres puntos, se alcanzó y el ascenso directo vuelve a estar muy cerca. Serbia, para el Sporting, es el paraíso natural del gol: entre los dos, veinte goles, que son un tesoro inalcanzable para ningún rival. Con esa pareja allá arriba sólo falta un poco de equilibrio más atrás para alcanzar el sueño.

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