Las dos gijonesas que hicieron historia dentro del fútbol asturiano

Nerea Alonso y Raquel Espada son parte del primer trío arbitral femenino de la historia de la Segunda Regional

Nerea Alonso y Raquel Espada, árbitras de fútbol

Nerea Alonso y Raquel Espada, árbitras de fútbol / FERNANDO RODRIGUEZ

Noé Menéndez

Noé Menéndez

"Esperemos que no nos llames por las decisiones que tomamos en el campo", bromean Raquel Espada y Nerea Alonso. Y es que, en su profesión, la del arbitraje, lo más cotidiano es ver titulares sobre polémicas a la hora de pitar un fuera de juego o señalar un penalti. Pero no. Ellas tienen una historia especial detrás. Estas dos gijonesas, junto a Natalia Evtushenko, formaron el primer trío arbitral femenino de la historia de Segunda RFFPA. "Tiene que gustarte mucho el fútbol. Hay que tener carácter y personalidad, no todo el mundo está preparado", aseguran las colegiadas, encantadas con la experiencia.

Alonso y Espada, dos de las miembros del trío arbitral, empezaron en el mundo del fútbol de manera muy diferente. "Yo estuve jugando hasta los 18, pero llegó un momento en el que me cansé", cuenta Espada. Alonso, por su parte, siempre compitió en atletismo, hasta que una lesión hizo que cambiase sus planes. "Mi padre es entrenador, por lo que el fútbol siempre estuvo en mi casa, aunque yo me dedicase a otras cosas. Yo veía los partidos con él y cuando me rompí decidí dar el paso", narra la gijonesa.

Ahora su profesión está más en el punto de mira que nunca por culpa del "caso Negreira", trama de corrupción que pone en duda el trabajo de los árbitros. "No creo que a nosotras nos influya ese tipo de polémicas. Al final nosotras pitamos categorías bajas, donde no se mueve dinero. No hay los intereses que hay en el primer nivel", comenta Espada. Alonso, por su parte, reconoce que no está muy puesta en el tema, pero muestra su repulsa a todo tipo de corrupciones arbitrales. "Hay que jugar limpio y ser justo con lo que pitas, sin beneficiar a nadie. Es lo importante en el fútbol", señala. Según su opinión, cree que ahora sus compañeros van a estar siempre en el ojo del huracán. "A la mínima que se equivoquen va a saltar la duda. Que salgan estos temas dan pie a pensar que hay muchos más casos, aunque sea todo lo contrario", afirma.

Ambas coinciden en que siempre han contado con el apoyo de su familia a la hora de empezar con esta aventura. "Después de tantos años, en mi casa ya sabían qué tipo de ambiente me iba a encontrar", indica Espada, también de Gijón. "Mi padre fue el que me incitó a hacer el curso", destaca Alonso, que en su caso sí tuvo que escuchar ciertos comentarios cuando la gente de su alrededor se enteró de su decisión. "Amigos o gente de mi clase sí que alguna vez me dijeron: “¿cómo vas a arbitrar a chicos?”", pero no les hice ni caso", asegura la árbitra con una sonrisa.

"Depende del campo sí que escuchas algún insulto desde la grada, pero nada reseñable. Lo típico de ir a fregar, pero nada más", explican ambas, que tienen claro que "no se pueden rebajar a la altura de los que dicen esas cosas", aunque esos incidentes nunca han ido a mayores. Lo que destacan es la normalidad con la que se lo toman los jugadores. "Con los futbolistas nunca hemos tenido ningún problema. Siempre nos han tratado igual que a los chicos. Alguno se ha llegado a encarar conmigo y todo", bromea Espada, que cree que hacen falta más mujeres dentro del arbitraje para que un trío arbitral como el suyo deje de ser noticia. "Está costando que las chicas se animen. En Oviedo me han dicho que estos años se han apuntado bastantes, pero en Gijón están muy parados", señala la colegiada, que anima a todo amante del fútbol a seguir sus pasos.

Espada y Alonso tienen claro que para ellas sería muy complicado llegar a categorías profesionales dentro del fútbol masculino, porque las pruebas físicas son iguales para chicos y chicas, pero tienen claro a qué espejo mirarse. "El referente de todas es Eliana Fernández, gijonesa que es linier en Primera División. Sería un sueño llegar a dónde está ella, pero es muy complicado", asegura Espada, que de pequeña se quedaba prendada viendo a Pierluigi Colina, árbitro italiano que llegó a ser portada de un videojuego. Si pudiesen elegir, su objetivo sería arbitrar un Barcelona-Madrid, pero son conscientes de que el camino es muy complicado. "Mediante el fútbol femenino es más fácil crecer. Es un mundo que está creciendo mucho, por lo que cada vez se necesitan más árbitras. Creo que, si queremos ascender y trabajar en Primera, con las chicas es más fácil", sentencia Alonso.

Suscríbete para seguir leyendo