El mítico ingeniero de F1 Jo Ramírez visita el museo del "gran" Alonso y vuelve a sus raíces

El mexicano, hijo de asturiana y excoordinador de McLaren: "No podíamos dejar de conocerlo"

El reencuentro con Asturias de uno de los ingenieros más famosos de la Fórmula 1

Nuria M. Morán / Rodrigo Hernández

Jorge Beltrán

Conchita Fernández, asturiana, "era una mujer maravillosa". Así la describe el mexicano Jo Ramírez, leyenda de la Fórmula 1 fuera de la pista, uno de los hombres que contempló los mejores años de McLaren como coordinador de equipo, y uno de los diez hijos que la gijonesa trajo a este mundo. Jo está a punto de cumplir 82 años, y puede decir que ha dedicado su vida a lo que más le gusta: el automovilismo. Es el ejemplo de que tener una pasión y perseguirla te lleva, con mucho trabajo de por medio, a estar más cerca de tus objetivos. En el año 62, con la inestimable ayuda de los hermanos Rodríguez, leyendas mexicanas del automovilismo, se trasladó a Europa. Y lo cierto es que triunfó. Tras pasar por varios equipos antes, en el 84 recaló en McLaren, de la mano del célebre expresidente de la escudería Ron Dennis, equipo del que se desvinculó en 2001, pero a cuyo nombre estará ligado para siempre.

Jo vuelve a sus raíces en Asturias, la tierra de su madre. Parada obligatoria de un viaje que abarca desde Santiago de Compostela hasta San Sebastián. Como no podía ser de otra manera, visitó el Museo y Circuito de Fernando Alonso. "No podíamos dejar pasar la oportunidad de conocer el museo del gran Fernando", señala. Cuando habla de Alonso, Jo se deshace en elogios: "Lo que más me gusta de Fernando es su pasión por el automovilismo. Él corre con cualquier cosa que tenga unas ruedas y un volante. Eso se ha ido perdiendo a lo largo de los años. Además, tiene la ambición por ganar de los pilotos más grandes".

En Asturias, Jo recuerda a su madre con cariño. "Nunca la vi de mal humor, se lo tomaba todo bien. Para ella no había una persona mala, veía lo mejor en cada una", afirma el mexicano. La gijonesa pasó sus primeros seis años de vida en Asturias, y después emigró con sus padres a México, donde crió a ocho de los diez hijos que tuvo, pues dos murieron de manera prematura. "Le encantaba decir por México que era asturiana" indica Jo, esbozando una leve pero sincera sonrisa.

Conchita pudo volver a ver Gijón antes de morir. "Entre todos los hermanos, en 2004, decidimos llevar a nuestra madre a Gijón. Ya tenía casi 90 años y fue muy bonito llevarla allí. No se podía creer que estuviera en Gijón. Mis hermanos consiguieron encontrar la calle y la casa donde ella vivía. A pesar de que la ciudad estaba muy cambiada, se acordaba de algunas cosas. Fue realmente emocionante", narra Jo.

Como amante de la Fórmula 1, Jo sigue muy de cerca el Mundial. Sobre la mejoría de McLaren en los últimos Grandes Premios, se muestra satisfecho: "El director Andrea Stella me dijo, al principio de la temporada, que se habían equivocado en algunas cosas, pero que en 3 o 4 meses iban a estar en un nivel alto, y así ha sido. Además, Piastri y Norris son dos pilotos jóvenes y muy buenos".

Además, la supremacía de Red Bull no convierte, en su opinión, a la F1 en un deporte aburrido: "Para los que llevamos toda la vida en esto, simplemente nos quitamos el sombrero con Red Bull. La F1 históricamente ha tenido equipos dominadores, y ellos han llegado a la perfección, tanto en coches como en estrategia". Además, Jo es un gran admirador de Max Verstappen: "Pasará a ser de los mejores de la historia".

Asturias es especial para Ramírez. De aquí proceden sus antepasados, y aquí, gracias al Museo Alonso, se respira el ambiente de Fórmula 1 que a él tanto le apasiona.

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