Tenis en silla

Roque y Prat, raquetazos contra la adversidad

Los dos finalistas del Open "Cruz de la Victoria", ejemplos de superación personal

Francesc Prat, a la izquierda, y Mario Roque, durante el Open «Cruz de la Victoria». | OCV

Francesc Prat, a la izquierda, y Mario Roque, durante el Open «Cruz de la Victoria». | OCV / Borja SopeñaBorja Sopeña

Borja SopeñaBorja Sopeña

La final del II Open "Cruz de la Victoria" se jugó ayer en el Club de Tenis de Oviedo, con una demostración de lo que es el tenis en silla de ruedas: "Espectacular, bonito y duro". Ese fue el resumen del campeón de la modalidad individual, el barcelonés Mario Roque, tras una emocionante final.

Juan Novo recoge la placa en homenaje a su hijo Pelayo, entre Gonzalo Pérez, a la izquierda, y Jesús Torres. | Open «Cruz de la Victoria»

Juan Novo recoge la placa en homenaje a su hijo Pelayo, entre Gonzalo Pérez, a la izquierda, y Jesús Torres. | Open «Cruz de la Victoria» / Borja SopeñaBorja Sopeña

El catalán, hasta la fecha, luce un admirable séptimo puesto en el ranking nacional y es uno de esos pocos jugadores que puede permitirse vivir exclusivamente del tenis en silla. Un hecho que, para la desgracia de los competidores de este deporte, no se da con asiduidad.

Roque y Prat, raquetazos contra la adversidad

Roque y Prat, raquetazos contra la adversidad / Borja SopeñaBorja Sopeña

Roque se lo puede permitir por su situación y su historia. Para él, todo cambió hace casi cinco años. Era un joven de 24 años que se dedicaba a jugar al fútbol en lo que antiguamente era la Segunda B. Sin esperarlo, sufrió un accidente de moto que le provocó una lesión medular completa. Resultado: "De cintura para abajo no puedo ni mover ni sentir nada", cuenta Roque.

Una situación dura que, lejos de detenerle, le llevó a seguir adelante sentado en una silla rodando por las pistas de tenis. "Vi en el tenis un deporte en el que volver a competir y volver a sentirme deportista", dice el jugador catalán.

De esto hace solamente tres años y Roque ya es número siete de España. Por eso, debido a esta proyección, y a la felicidad que le genera, se vuelca exclusivamente en llegar lo más arriba posible en el mundo del tenis: "tengo una indemnización de la que voy tirando para poder dedicarme por entero a este deporte. Por suerte o por desgracia dispongo de ella y así puedo pelear por llegar lo más lejos posible", explica el catalán.

Muy parecida es la historia de Francesc Prat, el rival de Roque en la final. El actual número cuatro del ranking, con solo veinte años, sufrió un accidente de moto mientras trabajaba como repartidor a domicilio. A partir de ahí, los médicos vieron que si no le amputaban la pierna, su vida corría peligro. Lo hicieron y, como el mismo Prat afirma, "acertaron".

El jugador asume que ante lo que le tocó vivir, "no me quedó otra opción". "Me podría haber quedado en casa sin hacer nada pero, por mi actitud, era implanteable". A día de hoy, no puede dedicarse solamente al tenis. Dueño de un despacho de rehabilitación de edificios y empresario de furgonetas camperizadas, intenta darle al tenis todo lo que puede. "Ahora mismo estoy entrenando un par de días a la semana y jugando diez o doce torneos al año", cuenta Prat.

El subcampeón del Open dice que "el tenis de pie ya es difícil pero, en silla, además resta movilidad. Es de mucha precisión", añade Prat a las palabras de Roque sobre lo espectacular de este deporte.

Una ambición y una lucha que transmite optimismo, ilusión y felicidad. Virtudes que, tras sufrir un duro revés, Roque y Prat fueron llevando por bandera: "Cada uno tiene sus problemas. Todo es cómo actúes frente a ellos. Yo no habría elegido esto pero si llega, hay que seguir", dice Roque. "Evidentemente duele cuando ocurre, pero a mí ya no se me ocurre otra forma de de vivir", termina Prat.

Homenaje a Pelayo Novo en el Open

Al término del torneo y tras realizar la entrega de premios a los correspondientes campeones, la Real Federación Española de Tenis, representada en ese momento por Gonzalo Pérez, director del Open "Cruz de la Victoria", y Jesús Torres, jugador asturiano de tenis en silla de ruedas y organizador del campeonato, entregaron a la familia de Pelayo Novo una placa conmemorativa en la que se agradecía al que fuera jugador de fútbol y de tenis en silla su entrega y su apoyo a este deporte. Juan Novo, padre del homenajeado, recibió la placa en su honor. Una placa con el siguiente escrito: "En recuerdo y agradecimiento a Pelayo Novo por su contribución al tenis en silla". Un cierre de torneo que hizo recordar a un jugador que, tanto por su juego como por su entrega a nivel organizativo, peleó y trabajó por hacer crecer este deporte.

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