Pues nada. Aquí no ha pasado nada. Una mala tarde-noche la tiene cualquiera y acabar vociferando en las entrañas de El Molinón unos contra otros son las cosas que tiene el directo. Diez partidos sin comerse ni un trozo de pan duro llevan a que la sangre se acumule en determinadas partes, cierto es.
Lo peor de todo es que resulta que Gallego y Javi Rico se llevan bien y que el otro Javi de la historia, en este caso Martínez, es uno de los que más valoran el trabajo que hasta ahora Gallego ha venido realizando en el Sporting y el que más cercanía tiene con el explosivo entrenador catalán.
El “Sálvame deluxe” que se ha montado tras el empate frente al Huesca gusta cero tirando a infinito en la zona abuhardillada de Mareo, donde se acumulan los disgustos: el lío del antivacunas Djuka, los malos resultados y, ahora, esto. Menos mal que el partido de Copa ya está ahí. El Alcorcón debería convertirse en el “pagano” de esta fiesta de la confusión para que la tropa rojiblanca cambie de canal.
Las áreas, las malditas áreas, y los azules de vuelta a hacer la goma con el play-off, que sigue muy a tiro. Y por detrás, solo a cuatro puntos a pesar de una de las peores rachas de la historia del club, el barquito rojiblanco
Mientras, a 28 kilómetros, la fiesta en Valladolid acabó en gatillazo. Las áreas, las malditas áreas, y los azules de vuelta a hacer la goma con el play-off, que sigue muy a tiro. Y por detrás, solo a cuatro puntos a pesar de una de las peores rachas de la historia del club, el barquito rojiblanco. Es la igualdad de la categoría, muchacho.
