Opinión | En territorio comanche

La opinión del día sobre el Sporting, el Oviedo y el PSG-Real Madrid: Un gol cargado de política

Los madridistas se consuelan tras caer en París con que el gol fue de Mbappé, "uno di noi"; los culés, que el pase que lo inició todo fue de Neymar; como si fuera una noche electoral cualquiera, todos ganan

Neymar y Mbappé, celebrando la victoria ante el Real Madrid

Neymar y Mbappé, celebrando la victoria ante el Real Madrid / Yoan Valat

El “fúrgol” no deja de ser un espejo de la política, y viceversa. Aunque si se piensa bien, y al margen del “pan y circo”, ambos asuntos –para unos, espectáculo; para unos pocos, modus vivendi, y para unos cuantos, amapola adormidera– van de la mano. Ahí está la resaca que ha dejado el PSG-Real Madrid. Como en cualquier noche electoral, en el Parque de los Príncipes ganaron todos. Los franceses, por lo obvio. Los merengues porque, y siempre según el argumentario emanado desde las portavocías de la supremacía blanca, la puntilla se la dio Mbappé. Y perder a manos de “uno di noi” en realidad es un honor.

Peor hubiera sido que el gol lo hubiese marcado Messi, el archienemigo de corazón culé, en el día en el que se supone que cedió el cetro del rey del “fúrgol” al extremo parisino de futuro blanco inmaculado. Incluso los culés están contentos. Pasan de puntillas sobre el tema de cómo la luz del aura de Messi va camino de la extinción. Y destacan que en realidad el gol de Mbappé del que todos hablan fue gracias al pase de tacón de Neymar, por todos sabido culé de pro, con el que arrancó la jugada.

Incluso los culés están contentos. Pasan de puntillas sobre el tema de cómo la luz del aura de Messi va camino de la extinción. Y destacan que en realidad el gol de Mbappé del que todos hablan fue gracias al pase de tacón de Neymar

Algo así como lo que contaba “El Negro” Enrique sobre su participación en el gol de todos los goles: el segundo de Maradona a los ingleses en el Mundial de México. “Con el pase que le di, si no marcaba era para matarlo”, ironizaba “El Negro” Enrique años después. Lo dicho, todos ganan. Y ojo con poner en duda tan sólidos argumentos: o conmigo, o contra mí. No hay sitio para la abstención o el voto en blanco. El espectáculo tiene estas cosas.

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