La opinión sobre el Oviedo y el Sporting: El pánico y las cuentas

Semana la que ha terminado de las intensas, y no por la pasión de estas fechas y tal y tal, en la madreñina "furgolística". El Sporting dio un paso firme hacia la permanencia gracias a su sufrida victoria en Ibiza. Cuando un equipo tiene la flecha hacia arriba y el otro el asunto claramente hacia abajo, tirando a inerte, pasa lo que ocurrió en la isla. Los de MAR, con #hashtag o sin él, tuvieron suerte y acierto en los momentos cruciales del choque.

El técnico rojiblanco, entre otras cosas, ha descubierto a Varane y entrado en razón sobre lo de ponerse a jugar al tiqui-taca cuando los mimbres son los que son. Incluso se le nota que ha aparcado el tono de psicólogo infantil/psicoanalista bonaerense en las ruedas de prensa pospartido para optar por que el asunto vaya "cortito y al pie".

Los gijoneses, a los que ya queda demostrado que les viene muy bien la presencia del patrón en lo que parece una clara acción-reacción del vestuario cuando don Alejandro está en la ciudad, siguen su escalada. Tanto, que ya hay quien considera que los días de pánico han llegado a su fin y ahora se pueden hacer cuentas de cara al play-off. Pero, ojo, ojo, que nada está hecho todavía y no están los tiempos como para ponerse a pensar en frivolidades.

Por lo demás, Orlegi acelera para tener lista la residencia de Mareo este verano, al margen de que a no mucho tardar comenzará el rosario de culebrones sobre entradas, salidas y renovaciones como, por ejemplo, la de Cuéllar, que a día de hoy se antoja complicada. La semana que arranca, y siguiendo en clave rojiblanca, nos dejará la visita de otro patrón. Tebas, Javier, se dejará caer por Gijón para conocer de primera mano "el proceso". Hay que equilibrar, que a finales de febrero don Javier estuvo en Oviedo presidiendo las votaciones del Salón de la Fama de Pachuca. Hay que poner velas a todos los santos, no vaya a ser.

Mientras, a miles de kilómetros, el Almirante Cervera y sus muchachos vivieron el partido en Las Palmas con relativa calma tras la derrota de la Ponferradina. Con calma, un gol y tres puntos. Se aleja el pánico y empiezan las cuentas, ¿oyisti, güey?

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