Opinión

El Oviedo se estanca

Sobre el partido del Oviedo ayer en el Tartiere y el arbitraje de Sánchez López

El Oviedo de los últimos partidos no se encuentra cómodo en el campo. Ha perdido chispa y se ha estancado en el peor momento, en la fase clave de la competición. Cada vez hay menos tiempo para rectificar los errores, y el equipo azul ha venido cometiendo demasiados en las últimas semanas. Por merecimientos el equipo carbayón debería haber empatado e incluso ganado el partido de ayer ante el Tenerife. Pero de sensaciones no se vive en el fútbol. Además, los oviedistas, es cierto que se vieron perjudicados por el árbitro, algo demasiado habitual esta temporada. Pero perdieron el encuentro fundamentalmente porque fueron incapaces de materializar las numerosas ocasiones de gol que tuvieron a lo largo del choque contra los canarios, especialmente en la segunda parte.

Una vez más el Oviedo desperdició en parte el primer tiempo, con un juego insulso, temeroso durante demasiados minutos, como ya había sucedido en el anterior encuentro en el Tartiere ante el Mirandés. Y tampoco cerraron bien los huecos atrás los jugadores azules. El Tenerife contó con alguna ocasión clara más para marcar que la que aprovechó Mellot para lograr el gol que dio los tres puntos a los tinerfeños. Así y todo, los azules tuvieron opciones para haber inaugurado el marcador, como un cabezazo de Luengo que se fue al poste.

El Oviedo salió al campo con otra mentalidad tras el descanso. Se olvidó del control baldío del balón para buscar hacer más daño en cada acometida, con ataques más directos, con la mente puesta en la portería contraria. De esta manera contaron con oportunidades claras de marcar desde el primer minuto de esta segunda parte, sobre todo una de Masca, que había sustituido a Jimmy, y otra de Alemao. Y una tercera de Sebas Moyano, con un fuerte disparo que repelió el poste de la meta defendida por Soriano.

Luis Carrión movió el banquillo para intentar dar más mordiente y profundidad al ataque, aunque eso quizás restó fuerza al centro del campo. Este déficit lo consiguió superar con la salida al terreno de juego en el minuto 80 de Borja Sánchez, que en esta ocasión sí, en esta ocasión fue el revulsivo esperado por su técnico. No sólo dio buenos balones a sus compañeros, sino que además protagonizó la jugada del penalti que vieron en el VAR pero que se negó a confirmar el árbitro del partido, el murciano Sánchez López, un colegiado que enfadó con sus polémicas decisiones a la afición carbayona como no se recordaba desde hacía tiempo en el Carlos Tartiere.

Por supuesto que el Oviedo continúa en la lucha por intentar dar el salto a la división de oro del fútbol español. Pero también es cierto que ya son demasiadas las decepciones de una afición que aún sigue creyendo en el equipo.

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