Un informe encargado por el PSOE a un grupo de expertos aboga por cerrar todas las térmicas de carbón antes de 2025 y también por prescindir de las centrales nucleares a medida que vayan cumpliendo 40 años. Tal propuesta enardeció ayer las tensiones que existen en política energética entre el Gobierno regional del socialista Javier Fernández y la dirección nacional del partido. El consejero de Presidencia y portavoz del Principado, Guillermo Martínez, señaló: "Estamos frontalmente en contra de la propuesta de ese consejo". Y emplazó a la cúpula socialista de Pedro Sánchez a sumarse a ese rechazo y no aceptar la recomendación de sus asesores.

El PSOE nacional encargó al llamado Consejo Asesor para la Transición Ecológica de la Economía un informe para construir a partir de él las propuestas de los socialistas acerca del proceso de "descarbonización", la hoja de ruta que, por mandato de la UE, deberán seguir los estados miembros para reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO2, gas causante del cambio climático) y disponer en el horizonte de 2050 de una dieta energética 100% renovable, sin combustibles fósiles. Asturias es particularmente vulnerable ante la forma y la velocidad con las que se pueda acometer esa transformación, porque conlleva el cierre en un plazo por ahora indeterminado de todas sus térmicas (5) y la liquidación definitiva del sector minero, y porque el riesgo de una subida en los precios eléctricos amenazaría la competitividad de las demás industrias básicas de la región.

El anticipo que se conoce de las conclusiones del citado comité apuesta por uno de los escenarios más temidos por el Gobierno asturiano y también por las organizaciones empresariales y sindicales de la región: "La estrategia (para alcanzar un 100% de energía renovable) contará con el cierre ordenado de las centrales térmicas de carbón a 2025 y de las centrales nucleares conforme vayan cumpliendo 40 años", precisa el documento. Como contrapartida, se sugiere "adoptar un plan de acompañamiento y apoyo al empleo, la diversificación económica en las zonas particularmente afectadas y adoptando medidas que favorezcan la transición hacia sectores de futuro". Esto es, contrapartidas para abordar una nueva reconversión industrial que en Asturias podría ser de grandes proporciones.

La fecha de 2025 para el final de las térmicas de carbón colisiona con el criterio del Principado de ir una "transición gradual y equilibrada" que reduzca los riesgos para la industria y modere el impacto en los territorios. También la clausura de las nucleares supone una amenaza por su impacto en los precios eléctricos para industrias como Arcelor, Alcoa, Azsa y otras empresas del núcleo de la industria regional. Los asesores del PSOE hablan de cerrar las nucleares al alcanzar los 40 años, de forma que entre 2021 y 2028 se desconectarían todos los reactores que quedan en España. El Gobierno central ha llegado a decir que prescindir de térmicas de carbón y nucleares dispararía el precio de la luz hasta el 65%.

Frente a ello, el diputado regional de IU Gaspar Llamazares opinó ayer: "Adelantar el cierre (de las térmicas) a 2025 supondría la voladura de nuestro sistema energético, el cierre total de la minería y una crisis industrial inasumible". Fue después de que Guillermo Martínez expresará el "criterio reiterado del Principado de defensa de la continuidad de las térmicas de carbón, y especialmente la de Lada". La central que su dueña, la compañía eléctrica Iberdrola, pretende cerrar de inmediato.