La pugna empresarial por el control del grupo español de autopistas de peaje Itínere (dueño del 100% de Aucalsa, concesionaria de la autopistas del valle del Huerna) se enconó ayer cuando el actual accionista de referencia, el vehículo inversor estadounidense Corsair Capital, dueño del 38% de Itínere (aunque controla de facto del 54,3%), anunció que algunos de los fondos que administra y la gestora holandesa de fondos de pensiones APG ejercerán su derecho preferente adquisición para controlar la sociedad de infraestructuras y que ya tienen comprometida la adquisición del 59,2%, lo que les garantiza la mayoría absoluta.

En el último día del que disponía antes de que se agotara el plazo para ejercer ese derecho, Corsair, que no desveló qué accionistas se han comprometido a venderle sus títulos, respondió así a la ofensiva de la operadora española Globalvía, que a fines de julio llegó a un acuerdo con los tres socios minoritarios de Itínere -Abanca (23,8%), Sacyr Kutxabank (16,3%) y Sacyr (15,5%)- para comprarles sus participaciones (suman el 55,6%) por más de 700 millones.

La parquedad de la información difundida dificulta saber qué accionistas minoritarios han podido comprometer ahora su venta a la alianza integrada por APG y los fondos gestionados por Corsair. Ambos grupos dijeron que asumirán el 38% que ya dominaba Corsair a través del fondo que gestiona (Gateway Infrastructure Investments). Corsair tiene además desde mayo de 2017 un pacto bilateral con Liberbank (dueño del 5,8% de Itínere), lo que le daría el control del 43,2%.

Para desde esta posición haber llegado al 59,2% que anunció ayer sólo caben dos hipótesis: que haya comprometido la adquisición bien del 15,5% de Sacyr (esta compañía constructora y de gestión de infraestructuras y servicios negó haber alcanzado acuerdo alguno) o el 16,3% en poder de Kutxabank, el banco de las antiguas cajas vascas. Esta entidad financiera, que tiene sus acciones en Itínere vinculadas a las de Corsair a través de una sociedad de cartera compartida (Arecibo), mantiene dos contenciosos contra el grupo estadounidense: interpuso un arbitraje ante la Corte de Madrid para poder disponer libremente de sus acciones rompiendo su sociedad conjunta con Corsair (en la que, como socio minoritario, está bloqueado), y además participa con el banco gallego Abanca y con Sacyr en otro arbitraje contra Corsair en el que estos tres socios reclaman que el grupo norteamericano les facilite la salida de Itínere.

Fue en medio de este conflicto litigioso cuando el grupo español Globalvía (un gestor profesional de infraestructuras, a diferencia de Corsair y APG, que son inversores financieros) llegó a un acuerdo en julio con Abanca, Sacyr y Kutxabank para adquirirles sus participaciones y hacerse con el dominio hegemónico de Itínere frente a Corsair. Si alguno de los tres vendedores (Abanca, Sacyr y Kutxabank) se hubiese retractado de su compromiso con Globalvía y vendiese sus acciones a Corsair deberán pagar una penalización por incumplimiento de 100 millones.

Tras asegurar la posesión del 59,2%, Corsair y AG dijeron que "esperan poder facilitar una solución a los accionistas minoritarios restantes" de Itínere.