Nueva vuelta de tuerca y más incertidumbre sobre quién debe de hacerse cargo del pago de los impuestos que se abonan cuando se firma un crédito hipotecario ante el notario. El Tribunal Supremo convocó ayer al pleno, formado por 31 miembros, para revisar la jurisprudencia recogida en la sentencia hecha pública el miércoles, en la que se determinaba que son los bancos los que deben abonar la tasa sobre actos jurídicos documentados en las escrituras públicas y no los clientes, como había dicho este mismo tribunal en febrero.

La decisión se toma, según el presidente de la Sala de lo Contencioso-Administrativo del Supremo, Luis María Díez-Picazo, por tratarse de un "giro radical" en la jurisprudencia y debido a "su enorme repercusión económica y social". Por eso, el Supremo ha decidido que la decisión final la tomen 31 magistrados, en lugar de los seis que firman esa última sentencia. Ese fallo se basa en que son los bancos los más interesados en que el préstamo sea elevado a escritura pública porque así pueden reclamar en caso de impagos una ejecución. Pero, la resolución judicial no dejaba claro si las reclamaciones se podían realizar de forma retroactiva (que todos los que tengan una hipoteca puedan reclamarlo), si estaba limitado a las firmadas en los últimos cuatro años (que es cuando prescriben las causas relacionadas con la Agencia Tributaria) o si sólo iba a afectar a los nuevos hipotecados. Hacienda, por su parte, ya ha dicho que, en todo caso, las reclamaciones deberían de realizarse ante la comunidad autónoma, que es quien recauda el impuesto.

Por el momento, la indecisión del Supremo sobre este asunto ya ha tenido alguna repercusión. La primera fue un batacazo bursátil de las entidades financieras, que lograron recuperar posiciones ayer. La segunda es que la banca ha decidido comenzar a revisar su política de precios de hipotecas, para encarecerlas. El Sabadell Herrero descartó ayer pronunciarse sobre este asunto, mientras que el presidente de Liberbank, Pedro Rivero, ya había advertido, minutos antes de que se conociera que el Supremo iba a revisar la sentencia, que el fallo necesita "algún desarrollo".