El magnate ruso Mikhail Fridman, mayor accionista del grupo de distribución Dia, del que posee el 29 % a través de la sociedad Letterone, solicitó esta mañana a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) autorización para la oferta pública de adquisición (OPA) que anunció el pasado día 5 sobre el 71% del capital que aún no controla en la compañía, que pasa por dificultades financieras como consecuencia de su alto endeudamiento y la merma de sus resultados, lo que ha supuesto una depreciación de sus acciones en los últimos meses de casi el 90 %. Dia tiene en Asturias 1260 empleos y 132 tiendas en Asturias y compra anualmente productos por valor de 90,7 millones a 52 empresas de la comunidad.

El inversor ruso, que se conformaría con alcanzar una participación mínima del 64,5 % aunque la oferta se hace sobre la totalidad del capital que no controla, ofrece en su opa 0,67 euros por acción (valora Dia en 417 millones), lo que ha motivado el rechazo de inversores minoritarios. El precio, que es el 2,69 % superior al valor al que la acción cotiza esta mañana (0,6232 euros, tras subir el 0,32 %), supone una minusvalía del 83 % respecto a la cotización de hace un año (entonces el grupo valía en Bolsa 2 496 millones) y es también muy inferior a los precios a los que el inversor ruso entró en la sociedad. Por el medio hubo una reformulación de las cuentas de 2017 (el beneficio se recortó el 20 %), una revisión de 2018 (sobre cuyo resultado se mantiene la incógnita) por menores ventas y costes al alza, y la eliminación del dividendo de 2019. De triunfar su opa, Fridman se compromete a acometer con posterioridad una ampliación de capital en Dia por un monto de 500 millones.

La opa de Fridman es una opción alternativa al plan de salvamento diseñado por el consejo y la banca acreedora. Fridman, que opera en Dia a través de la sociedad LetterOne -en la que cuenta con colaboradores con gran experiencia en la dirección de grandes empresas detallista-, abandonó el consejo de administración de la compañía española en noviembre, en disconformidad con la estrategia de saneamiento y relanzamiento que el resto del consejo ha pactado con la banca acreedora. Esto consiste en la refinanciación de la deuda, supeditada a que la empresa sea capaz de colocar una ampliación de capital por un monto de 600 millones, que está asegurada por Morgan Stanley y que debe ser aprobada por la junta general de accionistas del 20 de marzo. Fridman rechaza este plan.