Con los ordenadores apagados, anotando las citas con bolígrafo y papel, y con los cursos de formación parados. Así llevan desde mediados de semana trabajando los empleados de las oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) después de que un virus informático “muy contagioso” haya dejado a sus equipos informáticos fuera de servicio. El ataque informático, critican los sindicatos, ha llegado incluso a infectar a algunos de los ordenadores particulares de los empleados, saturados de trabajo en los últimos meses por los efectos laborales del covid. Doble virus.

El director general del SEPE, Gerardo Gutiérrez, aseguró que “en los próximos días se recuperará la normalidad”, aunque sin precisar más. De momento, algunos servicios van recuperando, poco a poco, la normalidad, como los correos electrónicos y la propia web del SEPE, aunque no se puedan realizar trámites todavía. Gutiérrez también puntualizó que los ciberdelincuentes no les habían pedido “dinero a cambio”.

Mientras tanto, las oficinas asturianas de este servicio están viviendo unos días anómalos en cuanto a su actividad. “Los ordenadores siguen sin funcionar, se está atendiendo tomando nota con boli y papel”, asegura Luis Miguel López, responsable de CSIF en el servicio. Por precaución, el personal del Servicio Público de Empleo del Principado (SEPEPA) también está trabajando estos días con los ordenadores apagados, pero en este caso “por precaución” ya que comparten algunos servidores con el SEPE y así tratan de evitar que el contagio se extienda más aún. Un cortafuegos.

Según el análisis realizado por la compañía tecnológica asturiana Seresco el ataque está impidiendo la gestión de unos 100.000 expedientes diarios. Valentín Cabello, director comercial de la empresa, asegura que “la crisis que atraviesa el SEPE tras ser atacado por la última versión del virus RYUK muestra las vulnerabilidades de las administraciones públicas y de las empresas ante ataques a gran escala”.

Más en concreto, el servicio informático del SEPE fue infectado con un virus del tipo “ransomware” el pasado martes, un software malicioso que tiene la capacidad de cifrar archivos y bloquear ordenadores con la idea de obtener dinero a cambio de devolver el funcionamiento normal al sistema. Gutiérrez también dejó caer que se está trabajando en la autoría del “ciberataque”, aunque por motivos de seguridad no ha querido revelar nada más.