Pagos en 2023: ¿es más caro pago con tarjeta de crédito o de débito?
El truco para no llevarse un susto al mirar la cuenta de gastos
M. R.
Los instrumentos de pago sirven para transferir riqueza, fondos, entre dos partes. Hay varias formas de clasificarlos, pero la más clásica divide por un lado el dinero en efectivo y por otro todo lo demás (transferencias, tarjetas de pago, cheques, etc.). En este sentido, ¿cuándo es mejor pagar en efectivo que con una tarjeta de crédito o prepago y una tarjeta de cajero automático?
Aunque muy demonizado, el efectivo tiene una ventaja innegable sobre el dinero electrónico. Hace físico y objetivo el concepto mismo de "restricción presupuestaria", es decir, concreta de cuánto dinero dispongo para hacer compras. Puedo ver, tocar y gestionar el dinero lo mejor posible para evitar quedarme sin él y, en última instancia, ayuda a mantener en orden las finanzas personales y familiares.
Además, es un pasaporte universal, es decir, universalmente aceptado, fácil de entender y que no depende de los circuitos electrónicos de pago. Estos son 3 elementos de los que no siempre presumen las monedas electrónicas.
Por último, protege la intimidad y no expone al vendedor al riesgo de crédito: el pago es contextual a la compra.
Veamos las tarjetas, prepago y de crédito. Las primeras no están vinculadas a una cuenta bancaria sino a un circuito de pago, las segundas sí. Ambas permiten pagar a distancia o por Internet, son rápidas y ágiles de usar y también más higiénicas. En los años oscuros de Covid, ayudaron a los consumidores a realizar sus compras limitando en gran medida el contacto entre contratistas.
En cuanto a los costes, por término medio, las tarjetas prepago son más baratas que las segundas. A estas últimas se les cobra la cuota anual (normalmente a partir del 2º año si se activa junto con la apertura de la cuenta). luego está la cuota mensual de la cuenta.
Desde el punto de vista económico, la diferencia sustancial radica en los efectos concretos que ambos instrumentos producen en el bolsillo del titular. En la prepago primero se carga el efectivo y luego se gasta. En el otro, en cambio, se concede un crédito (el propio nombre lo dice), mientras que inmediatamente se deja inalterado el saldo de la cuenta. El débito llega días después, y si faltan fondos, el gasto se incrementa con intereses.
En resumen, las primeras ayudan más a mantener en orden las arcas personales. Con los segundos, se ha demostrado que se tiende a gastar más. Además, uno es más elástico a la hora de pagar más por un determinado bien o servicio de lo que habría sido si hubiera pagado en efectivo.
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