M. S.

«¿Ya ha habido dimisiones?». La presidenta del Partido Popular y máxima portavoz de su grupo municipal, Pilar Fernández Pardo, empezó con esta ironía una comparecencia en la que quiso poner en evidencia, por segundo día consecutivo, la gestión urbanística de la ciudad. «Como no hay dimisiones, son los ciudadanos y los varapalos judiciales los que han hecho doblegar al gobierno municipal», señaló.

Al revisar el Plan General de Ordenación Urbana, según interpreta Fernández Pardo, «lo que está haciendo el equipo de gobierno es rectificar» un planeamiento urbanístico sobre el que todavía pesan otros seis contenciosos. «Y no sólo en la forma, como ellos aseguran, sino también en la fondo. Pese a lo que digan, la sentencia que anula el PGOU va a acarrear una modificación urbanística importante. Mayor de lo que se cree el equipo de gobierno», advirtió la dirigente popular.

Y se refirió, por poner un ejemplo, «a lo que podría pasar si resulta que la evaluación de impacto ambiental desestima algunas de las actuaciones previstas o la ubicación elegida para la depuradora». Pilar Fernández Pardo sostiene que «éste es el momento de debatir cuál es la ciudad que queremos. Si queremos una ZALIA con cuatro millones de metros, si queremos el plan de Cabueñes, si queremos una incineradora en Gijón...».

El Partido Popular es partidario de aprovechar la revisión formal del planeamiento urbanístico para mejorar su contenido en consenso con los ciudadanos. El actual PGOU recibió más de 3.000 alegaciones y movilizó a la zona rural en tres «marchas verdes» multitudinarias. Ayer, Fernández Pardo instó a los ciudadanos a que vuelvan a presentar alegaciones en el nuevo procedimiento administrativo que ahora se abre para «conseguir un PGOU menos agresivo con la zona rural». Sugirió, además, que «se encargue la revisión del plan a los técnicos municipales, que conocen bien Gijón y no cometerán los errores de bulto del equipo de Teixidor».