Con un comunicado de agradecimiento tanto a la Guardia Civil de Gijón como a los profesionales médicos que a lo largo de estos últimos días han tratado a Emeline Fourny en el Hospital de Jove se despedían ayer los familiares de la joven francesa que fue localizada el pasado día 12 de febrero en la playa de La Ñora desorientada y sin recordar su identidad. "La familia espera que estos malos momentos sean olvidados por todos, en especial por Emeline y agradece el apoyo en estos momentos de adversidad", señalaba el comunicado hecho público ayer.

Emeline Fourny, su hermana y sus padres pusieron rumbo a Toulousse ayer en cuanto la joven de 25 años recibió el alta hospitalaria. Durante sus tres días de estancia en Gijón la familia Fourny se alojó en un conocido hotel de la ciudad desplazándose todas las tardes hasta Jove para comprobar el estado de salud de la chica, que fue recuperando la memoria según transcurrían los días gracias a la labor de unos profesionales médicos de los que ayer no pudieron evitar acordarse los familiares de Emeline.

"Agradecemos las cualidades humanas y las grandes competencias profesionales del doctor Víctor Aparicio, de la Fundación Hospital de Jove que le ayudaron a recuperar la memoria", manifestaron los allegados a Emeline, añadiendo en su lista de agradecimiento a otras personas que han participado en el caso, como el teniente Pascual Sevillano o el sargento Castelao de la Comandancia de la Guardia Civil, a quienes atribuyen la labor de haber aliviado "la enorme inquietud de la familia, que tuvo un final feliz". Los franceses tuvieron por último palabras de agradecimiento para la cónsul honoraria de Francia en Gijón, Sofía Paquet.

El sufrimiento de estos padres comenzó, tal y como ellos mismos relataron ayer, el lunes 10 de febrero. Fue entonces cuando decidieron interponer denuncia por la desaparición de Emeline. Los progenitores declararon a la policía francesa que su hija había sufrido un robo violento a finales de enero y que había huido de casa con el coche de su padre, después de dejarle una nota a su madre. Dos días más tarde, tres pescadores localizaban a las seis de la mañana a la joven en la playa de La Ñora con un extraño mensaje escrito en inglés en una de sus manos: "Perdóname, te he fallado".

Aunque en ese momento Emeline sólo recordaba que había cogido un tren desde Oviedo hasta Gijón y un autobús en dirección a Villaviciosa, la labor de la Guardia Civil de Gijón, incluyendo la fotografía de la joven en las bases de datos internacionales, permitió que la policía francesa le pusiera a la "chica de La Ñora" nombre y apellidos. Cuando llegaron sus padres, Emeline los reconoció. Al día siguiente ya fue capaz de describir parte de su viaje, que la había llevado por ciudades como Bilbao o San Sebastián. Pero aunque los pasos van en la buena dirección no está hecho todo el trabajo. El padre de la joven -el político socialista francés Bruno Fourny-, aseguró el pasado jueves a su salida del Hospital de Jove tras una de sus visitas a su hija que la chica será ingresada en Francia en un centro especializado en salud mental en el que los padres ya anunciaban ayer que tendrá que reposar "seguramente varias semanas".

Quizá tras el tratamiento Emeline Fourny pueda explicar porqué recaló en Asturias, un lugar en donde no tiene amigos ni conocidos. "Es todo muy extraño, era una persona muy abierta y simpática", apuntaba hace días un amigo que compartió clase en Bratislava con esta estudiante del último curso de Derecho, gracias a una beca Erasmus. Al misterio de Fourny aún le quedan capítulos por desvelar.