Con Siria en el tablero

Movieron pieza por una causa solidaria. Amnistía Internacional organizó ayer, en colaboración con la Federación de Ajedrez del Principado de Asturias, una gran partida simultánea en las que participaron 15 aficionados que trataron -aunque sin éxito-, de ganar a la maestra internacional Ana Matnadze. El objetivo iba más allá del juego. Los organizadores del evento querían concienciar a los ciudadanos de la situación que vive Rania Alabbasi, una dentista de Damasco aficionada al ajedrez que lleva desaparecida desde que en marzo de 2013 unos agentes del gobierno sirio llegaron a su casa y se llevaran a su esposo y a sus hijos, y luego a ella. Gracias a la partida de ayer Amnistía Internacional consiguió más de 300 firmas de los gijoneses que paseaban por la plaza del Marqués.

"Recogemos apoyos por todo el mundo para intentar meter presión. En esta ocasión como Alabbasi era muy aficionada al ajedrez esta actividad nos pareció muy apropiada y decidimos lanzarnos a la aventura", relató Diana García, responsable ejecutiva de Amnistía Internacional en Asturias. El evento -enmarcado en la semana de lucha por los derechos humanos-, sirvió, además, para acercar esta práctica deportiva a los gijoneses que ayer paseaban por al zona centro. "Cuando nos lo dijeron no nos lo pensamos ni un momento, sabíamos que teníamos que colaborar. Estamos encantados de que nuestro ajedrez sirva para concienciar a la gente de lo que está pasando en Siria", argumentó Manuel Bazán, presidente de la Federación Asturiana de Ajedrez. La que tampoco dudó en prestar su colaboración fue la recientemente galardonada con la medalla de plata de las olimpiadas de ajedrez celebradas en Noruega, Ana Matnadze. "Me alegro de que nuestra actividad sirva para estas cosas", afirmó la deportista de origen georgiano que lleva siete años residiendo en Barcelona.

Al final -y aunque eso no era lo importante-, Matnadze ganó a sus 15 contrincantes simultáneos. "Es la primera vez que vengo a un campeonato así y no tenía muchas esperanzas", decía, sin perder la sonrisa la más joven de las jugadoras, Silvia González, una alumna del colegio Río Piles de 7 años que, a pesar de su juventud, lleva ya años jugando al ajedrez. Al menos tuvo la posibilidad de "vérselas" con una campeona mundial.