La princesa Lucía, de 4 años, la tortuga ninja de 6 años Alejandro, y el erizo Darío, de sólo un añito. Ellos fueron los tres primeros personajes que ayer por la tarde se subieron al escenario del teatro Jovellanos. Los tres tenían el mismo objetivo entre manos: hacerse con el primer premio del concurso infantil de disfraces organizado dentro del Antroxu gijonés. La tarea no es sencilla aunque lo pueda parecer.

Vestidos realizados con cajetillas de tabaco o pequeñas fregonas humanas -con caldero y todo-, hacían cola entre las butacas del coliseo con el mismo sueño. Ser los mejores. "He tardado más de un mes en hacer el disfraz pero tenía muy claro que quería venir de Maléfica con algo hecho por mi", contó antes de subir los tres escalones del escenario María Fernández, de 11 años y alumna del colegio gijonés de La Asunción. La niña mostró orgullosa al público su largo vestido negro.

Además de ella otros 58 pequeños acabaron presentando sus creaciones a las dos marineras perdidas en alta mar que les recibían en el escenario y que amenizaban la tarde conversando con piratas, princesas y hasta con emoticonos de "Whatsapp". Lo cierto es que a los pequeños les será difícil aguantar los nervios pero el más de medio centenar de niños que participaron en el concurso infantil de disfraces gijonés aún deberán esperar hasta mañana martes para saber si son los ganadores.

Los organizadores del Antroxu se pondrán a lo largo del día de hoy en contacto telefónico con los padres de los seleccionados pero hasta que no se celebre mañana la entrega de premios no sabrán en que puesto han quedado. Lo que si se llevaron ayer, al menos, fue el aplauso de un público entregado.