Los ocho procesados por el asalto al pub La Folixa mientras albergaba una fiesta de socios del Unión Club Ceares afrontarán penas de dos años y seis meses de prisión por un delito de desórdenes públicos que le atribuye la fiscalía. Uno de ellos, con antecedentes penales, suma otros cuatro años de cárcel por un delito de lesiones al golpear presuntamente a uno de los clientes del bar de Cimadevilla. Por contra, la defensa de los procesados -vinculados a grupos ultras de la ciudad- solicitará su libre absolución durante el juicio, que está pendiente de fecha.

El escrito de calificación del Ministerio Fiscal asegura que en la madrugada del 8 de abril un grupo de al menos doce personas accedió al pub, ubicada en la calle Óscar Olavarría. Algunos "tapaban sus caras con capuchas y provistos de objetos contundentes como barras de hierro, palos y martillos y sin mediar palabra agredieron indiscriminadamente" a las personas que allí se encontraban, celebrando una fiesta organizada por el Ceares. Tras este incidente, prosigue el escrito de calificación, solo un hombre de 30 años resultó herido tras ser golpeado presuntamente con un objeto metálico en la cabeza. De ello se responsabiliza a uno de los procesados, el que afronta los seis años y medio de cárcel por un delito de lesiones y otro de desórdenes públicos. A los ocho implicados también se les exige el pago de una multa de 900 euros y una indemnización de 198,40 euros al dueño del establecimiento hostelero.

"Agresión previa"

"Agresión previa"La versión en la que coinciden los ocho procesados difiere por completo. Según la defensa, todo respondió a una agresión previa que uno de los implicados -el que afronta los seis años de cárcel- sufrió el fin de semana anterior en un bar del Náutico. Ya el día de autos, el joven se encontró con uno de sus agresores, que le dijo "vas a volver a chupar como chupaste la semana pasada" (sic). A partir de ahí, sostienen, fueron hasta el pub porque allí pensaron que se había escondido el implicado y les comenzaron a llover botellas. De hecho, la defensa sostiene que uno de los acusados sufrió el impacto de una botella y hasta tuvo que ser atendido en el hospital. También niegan que portasen objeto contundente alguno cuando fueron hasta el local hostelero. El juicio espera fecha.