La rápida intervención policial permitió salvar la vida de dos gijonesas, madre e hija, que estaban mar adentro y a las que la marea impedía avanzar hacia la orilla en la playa de San Lorenzo. Los agentes de la Policía Nacional, alertados por los gritos de auxilio de la más joven, no dudaron en adentrarse en el agua, en la madrugada del lunes, para evitar que las mujeres se ahogasen. La hija había entrado a rescatar a su madre.

Este nuevo rescate ocurrió a las tres de la madrugada de lunes. Agentes del Grupo Operativo de Respuesta (GOR) de paisano escucharon los gritos de angustia de una mujer provenientes del entorno de la escalera 15 de la playa de San Lorenzo. Eran las tres y media de la madrugada, estaba oscuro y quedaban tres horas para la pleamar. La visibilidad era complicada desde el paseo del Muro, pero los agentes, una vez en la arena, vieron a dos mujeres a unos cincuenta metros de la orilla y sin dudarlo se zambulleron en el mar -la temperatura del agua está ya a diez grados- para rescatar a las dos mujeres.

A la mujer de mayor de edad, de 81 años, ya le llegaba el agua a la altura del pecho. Su hija, en cambio, hacía esfuerzos para sacarla, pero entre que la marea las empujaba hacia altamar y la ropa mojada las hundía hacia el fondo le fue imposible sacar a su madre del agua por sí sola.

Con hipotermia

Fueron los agentes quienes lograron calmarlas y ayudarlas a salir hasta la orilla. Una vez en el arenal se quitaron sus chaquetas para que entrasen en calor. Acto seguido las trasladaron en el coche policial hasta el hospital.

La más joven de las protagonistas de este suceso se había percatado de que su madre no había vuelto a casa y se preocupó, pues existía un antecedente en el que la mujer trató de quitarse la vida tirándose al mar. Es por ello que salió a buscarla y fue directamente a la playa, donde se la encontró ya en el agua. Su respuesta instintiva fue entrar al mar a por ella para llevarla hasta la orilla y evitar que se ahogara, pero sus fuerzas se fueron agotando, el frío comenzó a hacer mella y la ropa del invierno le impedía mantenerse a flote y sujetar a su madre al punto de estar las dos a punto de ahogarse.