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Los ciclistas exigen seguridad en el carril bici al restituirse el doble sentido de tráfico en el “cascayu”

Los usuarios, divididos, reclaman bolardos para “no ir encajonados” entre los coches o devolver el trazado a su lugar original, al lado del paseo marítimo

Por la izquierda, Mar Ribera, José Ramón González, Sergio Ribera y Deva Pallarés, ayer, en el carril bici del paseo del Muro cerca del cruce con Menéndez Pelayo. JUAN PLAZA

A los ciclistas, tampoco. El proyecto del Ayuntamiento para recuperar el doble sentido en el paseo del Muro permitiendo el paso de los coches por el “cascayu” y con un solo giro en Menéndez Pelayo para cumplir con la sentencia ganada por Stop Muro no convence a los usuarios del carril bici. Cada uno, con sus matices. Unos defienden con vehemencia la peatonalización de la arteria marítima, otros consideran “inseguro” pedalear por el actual carril al “quedar encajonado” entre dos carriles para coches y piden aumentar la seguridad con bolardos y quitamiedos. Y otros consideran que la mejor forma de organizar la zona es devolver el carril a su lugar original en lo que ahora es el carril de servicio de color verde.

Un día después de que Stop Muro presentara el aval de 47.958,56 euros para ejecutar provisionalmente la sentencia, imperaba la disparidad de opiniones sobre qué hacer con el carril bici del Muro. Muchos ciclistas temen que crezca la inseguridad al tener que circular ahora entre dos carriles para coches. Cada uno de los carriles está separado por la mediana del paseo, pero hay zonas que pueden ser conflictivas. Una, el giro hacia Menéndez Pelayo donde la separación se hace exigua y otro, cerca de la rotonda de la avenida de Castilla, donde la mediana directamente desaparece, aunque se mantiene una amplia separación espacial entre los dos carriles de 2,80 metros.

Ana Laso, ayer, en el carril bici del paseo del Muro, cerca de la rotonda de la avenida de Castilla.

Sobre este asunto venían ayer hablando José Ramón González, de 49 años, y su sobrina, Deva Pallarés, de diez. Saben que el “cascayu” tiene las horas contadas. “No sé si será la última vez que vengamos por el carril bici”, explicó el hombre. “Es bueno que se quiera mantener el carril, pero hace falta algún tipo de protección extra”, añadió. “Sería bueno tanto para los ciclistas como para los coches”, remató. Ana Laso es de Cantabria, pero lleva cinco meses viviendo en Gijón y ya tiene acento asturiano. Ayer circulaba, como casi todos los días, por el carril bici cerca de la avenida de Castilla. No se opone a que vuelva el doble sentido, pero es de las que demanda que se haga con seguridad. “Habría que poner un quitamiedos en este punto, para evitar sobresaltos. Este carril no puede ser como lo de la avenida de la Costa”, añadió.

María Álvarez iba ayer a pie, pero aseguró que es asidua del carril bici que surca el paseo del Muro. Está muy en contra de que vuelva el tráfico al “cascayu”. “Gijón tiene que ser una ciudad para vivir, para poder respirar, pero no para respirar el humo de los coches”, afirmó. Tiene 50 años y aseveró de que dejará de pedalear por Rufo García Rendueles porque le da “miedo” ir entre los dos carriles de circulación. “Va a volverse peligroso, vamos a estar encajonados”, lamentó. Nicanor Manceñido también es de los de ni un paso atrás cuando se trata de peatonalizar por el paseo marítimo. Tiene 70 años y anda en bici casi todos los días. Ayer iba hasta Somió, desde su casa cerca de la estación de los Alsa. “No creo que vaya a haber problemas en la zona, siempre que se haga bien las cosas. Eso sí, que vuelvan los coches a pasar por aquí me parece un gran paso atrás”, remarcó.

Nicanor Manceñido, ayer, en el Muro.

Sergio Ribera salió ayer a pedalear junto a su hija, Mar Ribera. Es asiduo de la bicicleta, tanto para ir a trabajar como “para ir a El Molinón”. Eso sí, remarca que también utiliza el coche. “Mantener el carril bici como está ahora es algo que carece de sentido. Es una chapuza”, criticó. “Lo suyo sería volver a como estaba antes y luego acometer una obra en condiciones”, resaltó. Lo mismo consideró Rubén del Río, otro ciclista. “Que vuelvan los coches debería de servir para reorganizar el espacio. El carril bici donde antes generaba más consenso”, zanjó.

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