El nuevo plan del Muro se retrasa hasta el año que viene por el bloqueo en su licitación

El gobierno asume que la falta de empresas interesadas impide cumplir con los plazos y la oposición solicita esperar a después de las elecciones

Vista de la avenida García Rufo Rendueles a la altura del cruce con la calle Aquilino Hurlé. | Marcos León

Vista de la avenida García Rufo Rendueles a la altura del cruce con la calle Aquilino Hurlé. | Marcos León / S. F. L. S. F. Lombardía

La modificación del plan especial del Muro y su encaje en el Plan General de Ordenación Urbanística (PGO), el principal trámite para avalar las peatonalizaciones del paseo marítimo, tendrá que esperar al año que viene. El gobierno local asume ya, como avanzó LA NUEVA ESPAÑA, que la fracasada licitación del proyecto –declarada desierta hace ahora un mes tras no recibir ninguna solicitud– y las gestiones infructuosas realizadas desde entonces para dar con posibles empresas interesadas impiden cumplir con los plazos previstos de adjudicar el proyecto en lo que resta de año. Un parón que complica una propuesta que nunca acabó de cuajar entre buena parte de la oposición, que insiste ahora en demorar la medida hasta después de las elecciones de mayo.

El actual bloqueo a la modificación del plan especial fue uno de los temas tratados ayer en la comisión de Urbanismo, presidida por Loli Patón, que confirmó a preguntas de Ciudadanos y Podemos-Equo la imposibilidad de tramitar la adjudicación, salvo novedad, en lo que resta de año. Y este parón, a juicio de la oposición, abre ahora un nuevo debate, que es cómo se financiará ese contrato en las cuentas de 2023. «Hay que ver si la medida tiene que figurar en los presupuestos del año que viene o si se usará el montante que se iba a destinar este año», aclara Rubén Pérez Carcedo, edil de la formación naranja, que espera que este retraso abra una nueva vía para frenar el proyecto. «El plan especial del Muro es un paradigma de la dilación y la desgana del PSOE ante temas cruciales para perfilar el Gijón del futuro. No vemos una verdadera voluntad política para poner en marcha un proyecto que aún podría tardar dos años en hacerse realidad», reprochó Laura Tuero.

La reforma del plan especial del Muro se decidió el pasado verano, tal y como había adelantado este periódico, con el objetivo de actualizar la normativa urbanística del frente marítimo y avalar legalmente el proyecto de reforma del Muro del gobierno local, que plantea nuevas zonas verdes y peatonales en todo el tramo de San Lorenzo dejando para el tráfico rodado un vial de servicio. La medida se vio necesaria para que el varapalo judicial que obligó a reabrir el «cascayu» –una decisión judicial aún pendiente de su recurso en el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA)– no se repita con el proyecto definitivo.

La adjudicación del proyecto de modificación se licitó a finales de septiembre por 151.800 euros aunando ambos trámites –el cambio del plan especial y el del PGO– y estructurando los trabajos en siete fases y tres años de trabajos. Se marcaban como requisitos una propuesta que avalase la «renaturalización» del Muro y que incluyese un periodo de consulta y participación ciudadana. Ya para entonces la oposición tildó el concurso público de «electoralista». Podemos-Equo por entender que la modificación se licitaba «tarde» y después del «fracaso» del «cascayu» y el bloque del centro-derecha por entender que la decisión del futuro del Muro carecía de «consenso» y debía quedar en manos de la siguiente corporación local.

El siguiente golpe al plan fue que la licitación se tuvo que declarar desierta a inicios del mes pasado. Ninguna empresa presentó oferta alguna. Tras una revisión de los pliegos, los técnicos municipales entendieron que el resultado no se debía ni a un error en la propuesta ni a una dotación presupuestaria insuficiente, así que plantearon dos opciones: volver a licitar los mismos pliegos o recurrir a un procedimiento negociado sin publicidad. Se optó por esto último, que consiste en que sea el propio Ayuntamiento quien contacte con empresas competentes para este tipo de tareas y les pidan un presupuesto. Suele escogerse tres y elegir después la mejor oferta económica. Pero esas empresas siguen sin aparecer, y a estas alturas del año el equipo de Patón entiende que la propuesta tendrá que esperar, al menos, hasta 2023.

[object Object]

La comisión de Urbanismo avaló ayer aprobar inicialmente el estudio detalle presentado por la cadena de alimentación Lidl para edificar en Castiello de Bernueces, junto a la rotonda del Caballo, un nuevo supermercado de unos 1.500 metros cuadrados de superficie y para el que está previsto crear un aparcamiento de unas 130 plazas. Todos los grupos dieron su visto bueno a un plan que está aún pendiente de varias modificaciones y requerimientos a la empresa, pero que apuesta por ampliar la red de puntos de venta de la empresa citada con su primer punto físico en la zona Este. La empresa, en su informe remitido al Ayuntamiento, explica que calcula una afluencia de unos 1.200 vehículos al día en su futura nueva superficie y enmarca su parcela entre la avenida Justo del Castillo y Quintana y la carretera de Castiello, con un sistema doble de accesos y entradas para evitar retenciones. Se proyecta también, a futuro, una senda ciclista que bordee la parcela. La urbanización del entorno se ha presupuestado en unos 240.000 euros. Asimismo, la comisión de Urbanismo de ayer debatió también cuál será el futuro del icónico cartel de Calzados Chiqui y cómo están siendo las últimas gestiones para poner en marcha la regasificadora, dos cuestiones planteadas por el Partido Popular a través de su portavoz, Ángela Pumariega. A ella Loli Patón le explicó que el cartel del negocio contaba con «la voluntad» de la familia de ser donada, en principio, para su exposición en el recinto ferial, pero que hasta que no haya un proyecto urbanístico nuevo para la manzana no se podrá detallar cómo serán los trabajos para salvar la pieza. Y, sobre la regasificadora, el gobierno local aún no ha recibido permisos de licencia, pero asegura que el trámite, cuando esa petición llegue, será «bastante rápido». Vox, por su parte, pidió adecuar los terrenos descuidados de la nave de Flex.

Suscríbete para seguir leyendo