Fallece tras sufrir un accidente Liviu Morar, encargado del popular restaurante de Gijón Casa Baizán

Las primeras hipótesis apuntan a que sufrió un caída cuando intentaba entrar en su casa por un patio de luces: "Era un joven fiel y equilibrado"

Liviu Morar

Liviu Morar

La hostelería gijonesa está de luto. Liviu Aurelian Morar Moldovan, conocido por todos como Liviu, encargado del popular restaurante Casa Baizán, en la calle Corrida, falleció ayer a los 38 años después de sufrir una caída desde una altura de un cuarto piso por causas que todavía se investigan. Según las primeras hipótesis, trasladadas por la Policía Nacional a la familia, se precipitó cuando intentaba acceder a su vivienda por la ventana desde el patio de luces porque no tenía llaves. "Estamos destrozados, sin creerlo todavía. No sabemos qué le pudo pasar, pero creen que cayó al intentar entrar por la ventana", aseguraba ayer, visiblemente afectado, Julio Baizán, que, con su mujer Flor Ortea, llevan gestionando el mítico establecimiento hostelero desde el año 1985.

Liviu Morar, natural de Rumanía, donde viven sus padres, y de nacionalidad española, llevaba muchos años afincado en Gijón, ciudad en la que también vive una de sus hermanas. Fue en septiembre de 2015 cuando comenzó a trabajar en "Casa Baizán", donde pronto se ganó el cariño y la confianza de sus jefes y sus compañeros, que funcionan desde año como una gran familia. "Era muy trabajador, fiel, una persona joven pero muy equilibrado. Estamos que no sabemos qué hacer", lamentaba ayer por la noche Julio Baizán.

El negocio hostelero cierra por descanso los domingos. Fue la cena del sábado la última vez que vieron a su compañero. "Sobre la una y media o dos de la madrugada fue cuando marchó, después de cerrar, y nos dijo que se iba para casa. Luego ya fue cuando nos avisaron de lo que había pasado", describe Baizán.

Liviu Morar, aficionado a las motas, vivía por la zona de Manuel Llaneza, cerca del aparcamiento de la antigua escuela de Peritos. Todo apunta, según explicaron ayer desde su entorno en base a lo transmitido por la Policía, que se había olvidado las llaves de casa y no tenía como entrar. "En la sidrería tenía unas llaves de casa", recordaba ayer Julio Baizán.

La intención era la de entrar por una ventana desde el patio de luces, pero, y según estas primeras hipótesis, al tratar de llegar se precipitó desde una altura de un cuarto piso y falleció. Sus restos mortales fueron trasladados hasta el Instituto de Medicina Legal de Oviedo para practicarle la autopsia, motivo por el que no hay esquela. Compañeros y amigos esperan tener noticias por la mañana, cuando la familia ha sido citada en el Instituto.

A la espera del funeral

La noticia cogió por sorpresa no solo a su entorno más próximo, sino también a compañeros de otros establecimientos hosteleros del barrio del Carmen. "Llevaba muchos años, es una pena", compartía un trabajador de un negocio próximo a Casa Baizán. También las redes sociales se llenaron de condolencias ante la trágica pérdida. "Nunca te olvidaremos, que los ángeles te cuiden espero en el cielo", era uno de los mensajes.

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