De viaje con Jovellanos | Gijón – León en 1792 (XII)

Los rincones del monasterio de Carracedo

El prócer comparte en su diario referencias históricas de la zona

La llamada cocina de la reina en el monasterio de Carracedo.

La llamada cocina de la reina en el monasterio de Carracedo.

Pablo Vázquez Otero

Pablo Vázquez Otero

Antes de cerrar aquella jornada del 17 de junio de 1792 en el monasterio de Carracedo, Jovellanos nos narra con precisión y gran belleza un aspecto geográfico e hidrográfico de interés, los ríos que pasan por la zona y cómo moldean el paisaje del Bierzo, así nos dice en su diario: "Mientras viene la cena, observemos que el Bueza o río de Bembibre entra en el Sil cerca de Ponferrada; que éste nace casi al mediodía de esta villa, a siete o nueve leguas de distancia, en un sitio llamado los Palacios del Sil; que unidos, y pasando el puente, corren formando una herradura por la izquierda de la vega, lamiendo y derrumbando las alturas que bañan, que por aquella parte parecen ser terrizas, y ya lo indica este suelo, donde vuelve a verse el barro. Algunos de los derrumbamientos representan de lejos los muros arruinados de una gran ciudad. Junto a Carracedo corre ya otro río que viene de Cacabelos, y llaman Cúa, y el monasterio está en la confluencia de ambos, aunque algo distante. Unidos entran por una garganta entre mediodía y poniente, y salen a la vega de Villafranca, donde reciben el Valcárcel, que trae ya las aguas del Burbia, recibidas cerca de aquella villa".

Habitualmente digo, y aquí lo reitero, que don Gaspar era un extraordinario observador y nada quedaba sin pasar por sus ojos y luego por su pluma, pero no siempre lo hace con acierto. En realidad en esta descripción hay errores, como por ejemplo que el Sil no nace tan cerca, ni al mediodía de Ponferrada, sino más hacia el norte, próximo a tierras asturianas, o que el monasterio está en la confluencia del Sil y el Cúa cuando en realidad son el Cúa y el llamado arroyo de Naraya, mientras que el Sil va bastante más al sur del monasterio. Aún así, la jornada se cierra con esa visión geográfica de la zona donde se encontraba, y la jornada siguiente sigue tras los muros del cenobio.

Nos cuenta algo también llamativo Jovellanos al día siguiente que sorprende ya que comete otro error, éste desde el punto de vista lingüístico y también en cierto modo histórico, y así dice: "Lunes, 18.-Madrugada; se ven las Médulas en la altura tras de la montaña que baña el Sil. Son unas tierras rojas, derrumbadas, que representan ruinas como las que dijimos de la orilla. Me parece que cuando las vi diez años ha no estaban tan vestidas de verde como ahora. Se cree que Médula sea corrección de Metalla, pues este nombre daban los romanos a los trabajos de minas, y aquí dicen que los hubo. Acaso serían de minio; acaso de aquí el nombre de Miño al río cercano, y acaso el nombre de mina, minero, minera, de minio; merece pensarse".

Jovellanos era un gran bibliófilo y la lectura de los clásicos era algo habitual en su día a día, por eso resulta llamativo que no sepa con certeza que Las Médulas fueron durante un largo periodo histórico la más grande explotación de oro de todo el imperio romano. En la famosa obra "Naturalis historia" de Plinio el Viejo, libro que, por cierto, Jovino tuvo en su colección, ya se nombran estas afamadas minas de oro, por eso es extraño que Jovellanos muestre desconocimiento sobre este hecho. Es que Plinio el Viejo fue administrador de las minas, y llega a decir que llegaron a trabajar simultáneamente unos 60.000 esclavos. Cálculos más recientes dicen que según la proporción de tierras removidas en su periodo de explotación, que rondarían los 500 millones de metros cúbicos, los trabajadores que allí hubo se aproximarían a los 20.000 hombres, y si de media había unos tres gramos de oro por cada tonelada de tierra se movieron unos 1.500.000 kilos. Ahí es nada. Por otro lado el término Médulas no viene de metalla probablemente, se cree como hipótesis más cercana a la realidad que vendría del asentamiento cercano del Mons Medulius, lugar de resistencia de tribus autóctonas contra la presencia romana.

Y el origen de la palabra mina viene más bien según reputados lingüistas del céltico, llegando a nosotros a través del término francés mine y éste probablemente del galo mina, formado del celta antiguo mein, que existe actualmente en el irlandés, y qué significa mina o minería, como en Gales existe con el mismo significado la palabra mwyn.

Camina y recorre Jovellanos las estancias del monasterio, sus claustros, iglesia y cementerio, y principalmente su archivo, donde es muy interesante algo que deja por escrito en su diario antes de irse a dormir aquella noche del 18 de junio de 1792, sobre un dato histórico que lee en alguno de aquellos legajos, y dice así en dos momentos diferentes del mismo día: "acabo de informarme de las ruinas de Castro por si fue la antigua Bergidio, y nada apuro: mi conjetura, que allí no hay más vestigios que de un castillo, y esto indica el privilegio copiado.

(…)

Me informé del padre panero sobre las ruinas de Castroventosa, donde se dice haber estado la antigua Bergido, y nada hay que me mueva a subir allá; yo infiero de los privilegios que he copiado que allí nunca hubo más que un castillo. Dice el panero que el centro de las ruinas es un espacio de ochenta fanegas de tierra de sembradura. No puedo más; voy a dejarlo".

Lo dicho, antes de irse a descansar, Jovellanos cita las referencias a Bergido o Bergidio que ve en diferentes documentos, y desiste de acercarse a conocer el lugar aunque es consciente de la antigüedad del emplazamiento, aunque cree que allí solo hubo un castillo.

Castro Ventosa

Pero en Bergidum hubo más que un simple castillo, y es que el significado de la palabra céltica de donde proviene ya nos da una explicacion clara; "fortaleza en altura", mejor expresado imposible. De nuevo muchas referencias clásicas hablan de este importante lugar en las inmediaciones de Cacabelos y Pieros, dos poblaciones muy cercanas al norte del propio monasterio. Así, por ejemplo, Floro a finales del siglo I d.C. en "Historia de Roma" la denomina Bergidae y el contexto donde la menciona es en el de las guerras llamadas astur-cántabras entre el 29 y el 19 a.C. También Ptolomeo la cita en el siglo II d.C. como Bergidum Flavium en su "Geografía", y aparece citada en los famosos "Itinerario de Antonino" y "Anónimo de Rávena". El caso es que este lugar denominado Castro Ventosa era ya en la antigüedad una ubicación muy estratégica por ese cerro elevado 635 metros que permite avistar un gran espacio geográfico alrededor. Hoy es visitable y conserva muy bien su estructura muraria y otros restos arqueológicos que permiten hablar de diferentes épocas de ocupación del lugar desde el bronce final hasta incluso ya en la edad media.

Jovellanos ya no se acercó a verlo a pesar de la cercanía del cerro desde el monasterio. Se agota aquella jornada y tras descansar se inicia un nuevo día, pero antes de irse hace una preciosa descripción, que merece la pena leer, del llamado "palacio" del monasterio, que serían las ya citadas cocina y mirador de la reina: "bellísima cuadra con antiguo y gracioso artesonado; en medio cuatro columnas esbeltas y graciosas con capiteles del tiempo; arcos que arrancan de unas a otras y a las paredes de los costados, donde quedan en el aire, o apoyados sobre repisas. Estas dos piezas están una sobre otra, de forma que las cuatro columnas están perpendiculares a las cuatro del capítulo, y aun por eso el arquitecto hizo estas últimas tan cortas y reforzadas, bien que resultan graciosas por ser una agregación de columnillas delgadas puestas en derredor de un machón. Este palacio o cuadra comunica por medio de otra piececita al actual archivo, antes oratorio de la infanta, según tradición, que es una capillita con bóveda de piedra graciosamente inventada y ejecutada con diligencia en buena berroqueña. Al frente de la cuadra hay una galería de cuatro columnas, también puestas en cuadro, desde la cual sale una escalera que baja al jardín. Toda esta obra está unida con el monasterio, y merecía ser dibujada".

Lo que acontece a posteriori lo vemos en el próximo capítulo.

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