Armón urge al Principado a "reducir las trabas burocráticas" a las empresas

"Suponen una desventaja competitiva", señala Laudelino Alperi en el amadrinamiento de otro pesquero para el asturmexicano Antonio Suárez

M. C.

Reducir la burocracia, que lastra la competitividad de las industrias asturianas que tienen que competir en mercados globales. Fue la petición que ayer trasladó el Grupo Armón, el mayor constructor naval privado español, al gobierno regional durante el acto de amadrinamiento en El Musel del atunero de altura «María de Jesús», el cuarto que Armón Gijón ha construido para el empresario asturmexicano Antonio Suárez. Al acto asistió el presidente del Principado, Adrián Barbón.

La petición la formuló, en un momento de su intervención, el consejero delegado de Armón, Laudelino Alperi, quien pidió a Barbón «que siga en esa línea de reducir las trabas burocráticas que suponen un coste que es difícil en estos momentos trasladar al producto, una desventaja competitiva en el mercado global imposible de soportar». Una queja que no le impidió, a continuación «agradecer» al Principado, así como a otras instituciones como el Ayuntamiento y la Capitanía Marítima de Gijón «su total cooperación» para resolver las tareas diarias. «Esto nos hace sentirnos apoyados y respetados», señaló.

En su intervención posterior, Barbón no hizo alusión a la petición de reducir las trabas burocráticas, pero sí enfatizó el potencial de la industria naval asturiana. «Armón es la representación, sin duda, de la potencia de los astilleros asturianos. Siempre los asturianos hemos crecido con una palabra maldita, que es reconversión y, sin embargo, hoy tenemos que saber con orgullo, que los astilleros asturianos están a la cabeza de España», señaló Barbón. El presidente regional aludió a que el 86% de los buques que el año pasado se construyeron en España, salieron de astilleros asturianos, que siguen cargados de pedidos, «lo que los sitúa en la mejor representación de eso que yo llamo el renacimiento industrial asturiano».

Al igual que hizo el presidente autonómico, Laudelino Alperi resaltó que «la construcción naval tiene un papel relevante como sector tractor y eje vertebrador de la industria productiva de este país, operando en un marco global e internacional», como lo demuestra que su cuota de exportación es del 80% de productos «de alto valor, contenido tecnológico y construidos a medida de cada armador». Además destacó que Armón está inmerso en proyectos vinculados a las nuevas energías, con buques de gas natural licuado, hidrógeno, metano y combustibles sintéticos, «una apuesta de futuro con el medio ambiente y la sostenibilidad».

Alperi agregó que «a medio plazo nos proponemos consolidar nuestro proyecto empresarial, especializado en la construcción de buques altamente tecnológicos e innovadores, en tres segmentos de mercado: ferris de pasajeros y carga de alta velocidad en aluminio, buques de transporte de gas natural licuado y por supuesto continuaremos con la construcción de buques de pesca de alta gama».

Pese a todo, ninguno de quienes ayer intervinieron quisieron restar protagonismo al empresario asturmexicano Antonio Suárez, hijo adoptivo de Gijón y al que el Principado va a nombrar este año hijo predilecto de Asturias. El empresario resaltó el amor por sus dos patrias, la que le acogió y la Asturias en la que nació y que siempre tiene presente, apuntando que cuando fallezca «lo lógico es que a mí me enterrarán en México, pero me enterrarán mirando a España».

El bautizado ayer es el cuarto atunero que encarga Antonio Suárez a Armón, tras el «Gijón», el «Oaxaca» y el «Manzanillo». Suárez también fue clave en que Armón haya hecho ya 16 barcos para México y participado en el diseño de otros 17 de distintas empresas, según resaltó el embajador de México en España, Quirino Ordaz. En el caso del «María de Jesús», Barbón expresó su especial agradecimiento por el hecho de que el encargo se hiciera en 2021, en un momento económico muy complicado por la pandemia. «En el corazón de los que estamos aquí siempre serás recordado, te queremos mucho», le dijo Barbón al empresario.

El «María de Jesús» es un barco de 80 metros de eslora, una capacidad de procesamiento de 1.100 toneladas de atún, una velocidad de 18 nudos y una autonomía para operar 90 días en el mar. «Aquí este barco dio trabajo a mucha gente y llegará a México y seguirá dando trabajo a mucha gente», destacó Suárez.

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