La escuelina de El Llano estará semienterrada y se unirá a Los Pericones con una cubierta vegetal

El proyecto arquitectónico del centro plantea instalar pantallas acústicas para evitar el ruido del tráfico y diseña un patio con zonas arboladas

Zona de juegos junto a las piscinas de El Llano donde se ubicará la nueva escuelina.

Zona de juegos junto a las piscinas de El Llano donde se ubicará la nueva escuelina. / Marcos León

La escuelina de El Llano estará semienterrada para contar con protección ante el frío, tendrá una cubierta vegetal que la unificará con el entorno de Los Pericones y se repartirá en tres bloques que actuarán a modo de pantalla acústica para aislar a los niños del ruido del tráfico de la avenida de El Llano. Así se refleja en el proyecto constructivo del centro, recientemente terminado con un presupuesto de 167.706 y a manos de la UTE creada por los arquitectos Jeremías Sampedro y Joaquín López–Fando. El equipamiento, que costará 3,4 millones de euros, se ubicará en una finca alargada situada entre las piscinas de El Llano y las pistas de tenis anexas al complejo. Y queda así planificado y diseñado para el próximo mandato municipal. Antes, tendrá que quedar circunscrito al plan regional de reorganización de escuelas infantiles, que se marca la gratuidad de estos centros, ya bajo gestión autonómica, a partir del año que viene.

Propuesta para la fachada principal de la escuelina.

Propuesta para la fachada principal de la escuelina. / P. Palomo / S. F. Lombardía

Señala el documento que la finca en la que se emplazará la escuela, alargada, partía con las desventaja de estar situada "al borde de una de las vías con más tráfico de Gijón", la avenida de El Llano. De ahí que el edificio, con tres estructuras "esponjosas", incluirá espacios no docentes, como el comedor, la zona de carritos y el área administrativa, para que las salas puedan servir como "pantallas acústicas" que amortigüe el ruido del tráfico en las aulas, situadas más alejadas del vial. La forma cilíndrica y de gran volumen de estos tres elementos, además, ayudan a romper con "la forma de edificio tradicional" para "llamar la atención de los más pequeños" con la forma y textura del edificio y no con sus colores, que suele ser la estrategia habitual en inmuebles de uso infantil.

Reproducción de la cubierta vegetal y el patio descubierto del centro.

Reproducción de la cubierta vegetal y el patio descubierto del centro. / P. Palomo / S. F. Lombardía

Como la finca tiene una pendiente de hasta tres metros respecto a la cota de la avenida de El Llano, visualmente la escuelina figurará para el peatón como "semienterrada" e integrada en Los Pericones con una cubierta vegetal que tapará gran parte del inmueble. Esto favorecerá también, según recoge el proyecto, que el centro pueda mantener su "inercia térmica" y no sufrir cambios de temperatura bruscos, especialmente, en invierno. Las aulas, además, se situarán en una ubicación sureste, pero estarán protegidas del sol por una zona de porche.

El acceso principal del edifico se situará entre dos de estas tres estructuras cilíndricas de la fachada y desplazado hacia dentro, permitiendo dejar espacio para una pequeña plazoleta como entrada. En estos tres espacios, de distinto tamaño, se albergarán el comedor –en el espacio más grande– y salas de dirección, de reuniones y de conserjería, así como un almacén de carritos de bebé.

Habrá seis aulas infantiles, dos por cada nivel –lo que supone un total de 78 plazas–, que se distribuirán a lo largo del resto de la parcela con espacios y accesos separados, aunque todos ellos conectados con un patio de recreo descubierto con zonas arboladas. Las dos aulas para bebés de hasta un año se situarán más próximas al acceso para facilitar la movilidad con los carritos y contarán con una zona de cambiador y una biberonería acristalada. Las cuatro aulas restantes, por su parte, también tendrán cambiador y zona de baños compartida en cada dos aulas, con las mismas zonas acristaladas para facilitar la supervisión de las educadoras. La escuela tendrá también cuatro zonas de descanso para siestas.

En cuanto a la cubierta vegetal, los arquitectos destacan que ayudará a "cobijar" el edificio semienterrado y que en su superficie albergará vegetación autóctona, por lo que requerirá "muy poco mantenimiento". Servirá para evitar, además, "islas de calor" dentro del edificio y frenará procesos de escorrentía urbana en épocas de lluvia, reduciendo los niveles de contaminación del entorno.

Esta cubierta "se deprime" en la zona sur para dejar espacio al patio de juegos. "El terreno llega a entrar dentro del patio, como si de un derrumbe se tratase, y origina una zona inclinada ajardinada que permite a los más pequeños explorar la topografía", se destaca en el proyecto. En estas inclinaciones, proponen los arquitectos, podrán instalarse zonas de toboganes. Concluyen los responsables que con este planteamiento para la escuelina de El Llano se busca que el propio edificio estimule a los niños a través del tacto y la forma de sus estructuras. El equipamiento ha sido largamente demandado por las familias de El Llano y de barrios próximos.

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