El músico virtuoso que da clases de trombón en Gijón

Kris Garfitt participa en una cumbre del instrumento en el Antiguo Instituto: "Debería estar más valorado"

Kris Garfitt, junto a los participantes en la Cumbre Asturiana de Trombonistas, en el Antiguo Instituto.

Kris Garfitt, junto a los participantes en la Cumbre Asturiana de Trombonistas, en el Antiguo Instituto. / Marcos León

Pablo Antuña

Pablo Antuña

Cerca de 40 estudiantes participaron ayer en la tercera edición de la Cumbre Asturiana de Trombonistas. Un encuentro en el que se realizaron diferentes clases, talleres y prácticas, y que contó con la participación estrella de Kris Garfitt, solista de la Orquesta Sinfónica de la WDR y que ha ganado el prestigioso galardón de la ARD International Music Competition. "Es un lujo tenerlo", comentaron algunos de los asistentes al acto, que continuará esta mañana en el Antiguo Instituto y que concluirá con un concierto a las 12.30 horas, en el que participarán el Coro Astur y el Gran Coro, además de actuar como solista Kris Garfitt.

"A nivel de orquesta, sí que el trombón tiene su posición. Y cierto valor. Pero me gustaría que se igualara en el plano de solistas en algún momento, que tenga ese prestigio, como con el piano, por ejemplo", destacó Garfitt, que mantuvo varios encuentros con los participantes de la cumbre, casi todos asturianos, a los que también les dio algunos consejos. "La recomendación que doy es comunicar. Igual es por la dificultad del intsrumento, por la vara o el legato, pero los trombonistas nos preocupamos por alcanzar un buen nivel con el instrumento, pero no miramos ese paso final de comunicar. Es una pena", añadió el británico.

A la cumbre, acudieron estudiantes de escuelas y conservatorios de Asturias, y de otros puntos de la geografía española, como Ferrol, Vigo, Ponferrada o Palencia. "Lo más difícil del trombón es el legato. Para otros instrumentos como la trompeta, simplemente se pueden mover las válvulas y automáticamente pasan por todas las notas un legato, que es aire continuo a través de las notas. Sin embargo, en el trombón es un glissando, no suena ese paso entre las notas", analizó Kiss Garfitt, que animó a descubrir este instrumento a cualquiera que le apasiona la música: "Lo puede tocar todo el mundo, lo único que limita es que cuando eres muy pequeño tus brazos no son los suficientemente largos como para llegar a la ultima posición. Por eso en Inglaterra lo que se hace es empezar con el bombardino, y luego pasan al trombón. Pero he visto niños tocar muy bien y adultos que tienen muchas más facilidades no ser capaces de lograr un buen sonido".

Aunque ahora es un prestigioso músico de trombón, Garfitt se inició en la música en otro registro. "Empecé con el piano porque mi madre era profesora. A los 9 años llegó un profesor al colegio y quedé maravillado por el sonido y cómo brillaba el trombón, y entonces fui a dar clase, pero como tenía los labios muy grandes me dijeron que era mejor empezar con el bombardino. Y cuatro años después, cuando vi que quería dedicarme profesionalmente a la música, me decidí a cambiarme al trombón porque tenía mejor salida", rememora. Entre las actividades de ayer para los participantes hubo además un taller de postura o una masterclass a cargo de componentes de la OSPA (Orquesta Sinfónica del Principado de Asturias).

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