Un viaje con el acordeón: así será el próximo concierto de la Filarmónica

"Reivindico su papel al margen de lo popular", destaca Alejandro Ares de su espectáculo de mañana en el Jovellanos

Alejandro Ares, con  su acordeón.

Alejandro Ares, con su acordeón. / Pablo Antuña

Pablo Antuña

Pablo Antuña

Un viaje desde los clásicos a los autores más actuales, con sus diferentes estilos y propuestas. Alejandro Ares ofrece mañana un concierto en el teatro Jovellanos (20.00 horas) en el que descubrirá la infinitud de posibilidades que ofrece el acordeón, un instrumento que busca poner en valor. "Reinvindico el acordeón al margen de lo popular", destaca el músico, que dará un concierto enmarcado en la programación de la Sociedad Filarmónica bajo el título "El acordeón: pasado y presente. De la transcripción a la obra original".

El espectáculo contará con una primera parte en la que las piezas de Johann Sebastian Bach (1685-1750), "Preludio y Fuga BWV 533 en mi menor, La Catedral"; de Domenico Scarlatti (1685-1757), "Sonata en Fa menor K466 Sonata en Fa mayor K438"; de José Antonio Donostia (1886-1956), "Tres Preludios Vascos"; y de Manuel de Falla (1876-1946), "Serenata Andaluza". Ya en la segunda parte se incluyen más actuales de Viatcheslav Semjonov (1946), "El Don apacible"; de Fermín Gurbindo (1935-1985), "Fantasía para acordeón"; de Pablo Moras (1983), "Stela"; y de Hermes Luaces (1975), "De la luz sobre las cosas".

"El hilo conductor es cronológico, desde Bach hasta el presente. Empiezo tocando varias transcripciones del barroco y luego pasamos al romanticismo", relata Alejandro Ares sobre el repertorio del concierto, que explica le sirve para romper con algunos clichés que rodean a este instrumento, que el público lo suele asociar a un papel más popular. "La gente lo conoce por su faceta más llana, por lo que se ve. Pero el acordeón no se quedó únicamente tocando ‘Los Pajaritos’ de María Jesús o las músicas populares. Que ojo, que están muy bien, pero ha habido a lo largo de la historia personas y movimientos que han llevado la música del acordeón mucho más arriba, a poder tocar todo tipo de músicas, que es lo que intentaré un poco mostrar en este viaje", relata.

Cuando era niño, Alejandro Ares descubrió este instrumento porque lo tocaba su padre. Tuvo claro desde un primer momento que su futuro pasaría por ahí. "Chapurreo solo un poco el piano. Tuve la oportunidad de tocar grandes instrumentos, pero quería el acordeón, siempre fui a clases", rememora, para mostrar también su lamento por el hecho de que es difícil conectar con los jóvenes. "Entiendo que haya recelo, lo llamo determinaciones históricas. Pero hay que seguir avanzando y llevando el instrumento más arriba. Y es normal respecto a la juventud que cuando entran en el Conservatorio les llame otra cosa la atención. Por eso, hay que saber venderlo muy bien el acordeón", comenta Alejandro Ares.

¿Y cómo enganchar entonces a los músicos y al público? "Tenemos que mostrar la ventaja, una por ejemplo es que no es como el violín, donde tienes que aprender a afinar y sacarle el sonido. Aquí con el acordeón tocas y ya suena. Y aunque hay algunos inconvenientes seguimos en la lucha, vamos rompiendo algunos techos de cristal y vamos metiéndonos ahí de lleno", responde sobre la primera cuestión. "Lo positivo es que hay más programadores que apuestan por el acordeón, y eso es clave para llegar al público", detalla sobre el otro planteamiento.

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