Entrevista | Francisco Manuel Balado Insulza Profesor de Historia Contemporánea en la UNED, publica un libro sobre Melquíades Álvarez

"El asesinato de Melquíades Álvarez fue la muerte metafórica de la democracia"

"En aquella España polarizada de la guerra, muchos lo llamaron veleta, pero lo que pretendía era que su país superara un régimen corrupto"

Francisco Balado, ayer, en la UNED, con su libro.

Francisco Balado, ayer, en la UNED, con su libro. / Juan Plaza

Gabriel Cuesta

El historiador Francisco Manuel Balado Insulza (Madrid,1966) acaba de publicar una biografía sobre el político gijonés Melquíades Álvarez, "un defensor de la democracia liberal" en una "España polarizada". Ayer participó como ponente en el curso de verano de UNED Asturias sobre la dictadura de Primo de Rivera.

–¿Por qué Melquíades Álvarez?

–Mi objetivo es entender ese primer tercio del siglo XX español a través de sus ojos. Era uno de los personajes que defendía la democracia liberal en ese régimen de la Restauración que no fue capaz de evolucionar hacia una democracia. Vino de una tradición del sexenio democrático y tuvo una base republicana, laicista, democrática y, sobre todo, de creencia en la nación española y la fuerza de la soberanía popular.

–Parece que a veces ha sido un político incomprendido.

–Muchos lo han entendido como un veleta, pero lo que pretendía para su país era superar un régimen corrupto a través de una democracia liberal. La muerte de Melquíades en 1936 fue la metáfora de la muerte de la democracia. Siempre ha sido tratado de manera secundaria al estar en la oposición, pero tuvo una presencia mediática importante. Su final fue dramático, asesinado en la cárcel Modelo de Madrid. Eso de alguna manera se ocultó. En esta España polarizada de la guerra, no era considerado de los suyos para los republicanos, ni tampoco para el bando franquista.

–¿Cómo ha abordado la recopilación de información?

–Ha sido complicado. A Melquíades Álvarez le quemaron la casa y absolutamente todo su archivo particular. Y tenía una memoria prodigiosa. Era un hombre que no escribía prácticamente nada, solo tenía algunas notas. Recurrí a estudios y biografías anteriores, además de algunos documentos facilitados por la familia. Su bisnieto, Manuel Álvarez-Buylla, ha conseguido recuperar una pequeña parte.

–¿Ha sido una figura injustamente olvidada?

–Absolutamente. Aquí en Asturias todavía tiene algo de repercusión, pero en general no es un hombre conocido. Solo tiene una calle en Madrid desde hace un par de años. Quedó ocultado al creer en esa tercera vía para España.

–También aborda sus inicios en Asturias.

– No se entiende su figura sin sus orígenes. Tuvo una infancia y una adolescencia muy dura. Se queda huérfano de padre muy jovencito. Fue el mayor de cuatro hermanos y tuvo que ayudar a su madre a sacar adelante a la familia. De Gijón se va a Oviedo; su madre regentaba una pensión para estudiantes. Sacó al bachiller con notas extraordinarias y luego la carrera de Derecho con un premio extraordinario. Estudiaba de noche, porque de día tenía que trabajar. Y se incorporó después al republicanismo de salón de Oviedo. Leopoldo Alas Clarín fue su maestro y su antecesor en la Cátedra de Derecho Romano. Dio el salto desde la política local hasta la regional y luego a la nacional.

–¿Qué vio Clarín en él?

–Su liderazgo natural y su oratoria. Fue actor en el teatro universitario y encandilaba a la gente con su expresión corporal. Curiosamente, no hay archivo sonoro de su voz. No la conocemos porque en la Revolución del 34 se quemó todo el archivo sonoro de Radio Asturias. Además de político, Melquíades fue un extraordinario abogado. No se puede entender su labor política sin entender que fue abogado.

–Gijón también le marcó.

–Se casó con Sara Quintana Bertrand. Pertenecía a la burguesía industrial gijonesa. No lo querían en la familia, pero acaba consiguiendo hacerse el representante de esa gente interclasista, además de las masas populares, y da el salto de calidad. Era el momento en que la ciudad empezaba a perfilarse cono naturalmente industrial, un proceso que fu a más.

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