Bomberos alerta del auge de actuaciones en domicilios por caídas de gente mayor

El servicio lleva 1.468 intervenciones este año, cifras «muy similares» a 2022, con los incendios y los desprendimientos de cascotes como principales salidas

Bomberos de Gijón.

Bomberos de Gijón.

I. Peláez

La atención a personas de avanzada edad en sus domicilios copa buena parte de las intervenciones que lleva a cabo el servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamentos de Gijón, que hasta el pasado 11 de agosto acumula 1.468 actuaciones, cifras muy similares a las del año pasado por estas mismas fechas. «Notamos que hay muchas personas que se caen o que tienen un problema de salud que, aunque no sea grave, se ven incapaces de incorporarse y llamar a emergencias por sus propios medios. Al final, si no es por un vecino que escucha los gritos de auxilio o porque no los ven durante varios días, no se entera nadie», reflexiona el jefe del parque de Roces, Pablo Ferrío. Es por ello que a partir de ahora los bomberos comenzarán a estrechar lazos con la Fundación de Servicios Sociales para, tal y como adelantó LA NUEVA ESPAÑA, informar de cada caso que detecten dentro del proyecto para combatir la soledad no deseada en personas mayores. «Estaremos comunicando todas las intervenciones de este tipo, con un canal más fluido de contacto con Servicios Sociales», añade Ferrío.

En lo que va de año son 181 las intervenciones relacionadas con el rescate de personas. La mayoría de las salidas de bomberos siguen siendo por caída de cascotes en domicilios (llevan ya 228 actuaciones, en las que 150 de ellas tuvieron que alertar a Disciplina Urbanística por afectar a la seguridad de la vía pública) y los incendios, con 213 casos. En este apartado, destacan desde el servicio, no suelen fuegos graves, a excepción del que ocurrió en el mes de abril en un edificio en construcción en el barrio de Viesques. La mayoría se sofocan con rapidez y en lo que va de año no hay que lamentar víctimas. Sí es llamativo que de todos esos incendios hasta 94 son por la quema de contenedores, lo que supone un grave perjuicio económico a las arcas públicas por su reposición. El año pasado, por ejemplo, fueron 130 los depósitos de basura o reciclaje que ardieron en las calles, la mayoría de ellos provocados.

En lo que sí están notando «una incidencia un poco menor» es con las velutinas, que el año pasado implicaron la realización de hasta 580 actuaciones por parte de una pareja del equipo de bomberos. «Quizás sea porque el trampeo está funcionando de manera más eficaz. Eso es bueno para nosotros, porque nos está suponiendo emplear unos recursos dentro del parque que nos impide tenerlos disponibles para otros asuntos», señala Ferrío. En lo que va de año son 241 las intervenciones, cifras ligeramente inferiores a las del año pasado por estas fechas de verano. A las velutinas hay que sumar también labores con otros himenópteros (51 intervenciones).

Balance de las intervenciones del servicio de Bomberos

Balance de las intervenciones del servicio de Bomberos

El resto de la estadística del servicio incluye el rescate de animales (con 31 casos), fugas de gas (28), caída de árboles (91), daños causados por el agua (43), accidentes de tráfico para la excarcelación de personas, entre otros aspectos (27) y la apertura de puertas (18). «Estamos más o menos hablando de las mismas intervenciones que el año pasado», reconoce el jefe de bomberos.

A las labores cotidianas se suman también las relacionadas con salvamento, pues el servicio es quien supervisa la vigilancia de las playas del concejo. En lo que va de temporada de baños, desde mayo, son 20 los rescates llevados a cabo, 630 curas y 47 traslados. Además, hay que sumar la atención a 36 niños perdidos en los arenales urbanos de la ciudad. En total, 733 actuaciones. En 2022 fueron 986 las intervenciones en toda la temporada de baños, de mayo a septiembre.

En lo que se refiera al tiempo de respuesta, desde que llega al aviso hasta que se personan en el lugar indicado, destaca Pablo Ferrío que «son tiempos muy buenos». «La gente siempre está en alerta en el parque, ya vestidos para salir. En comparación con otros sitios, en Gijón tenemos unos tiempos de respuesta muy buenos», celebra el jefe de bomberos.

Otra de las prioridades del servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamentos es disponer de una nueva sede, pues el actual parque de Roces ya no satisface las necesidades del servicio, máxime cuando se está renovando la flota, se persigue llegar a los 90 efectivos y, además, crear una estructura organizativa del servicio. «Ahora mismo, con la incorporación de nuevo personal hay más vehículos y las instalaciones se están quedando pequeñas. Además, la ubicación no es la ideal y en verano menos todavía, porque haciendo vehículos de basura de Emulsa (esta empresa municipal tiene su sede en el mismo recinto) por ahí transitando a veces genera olores fuertes», explica Ferrío. El nuevo gobierno local está «comprometido» con ese nuevo cambio y, de la mano del área de Urbanismo, están mirando parcelas municipales «para evitar tener que hacer un desembolso». «Están en ello, la idea es que esté cerca de la nueva sede de la Policía Local, pero de momento no hay nada», reconoce Ferrío.

El Ayuntamiento busca externalizar el control de las velutinas: «Hacerlo nos limita mucho»

El problema con la proliferación de la «Vespa velutina», conocida popularmente como avispa asiática, provocó que el servicio de Prevención, Extinción de Incendios y Salvamentos de Gijón tuviese que destinar efectivos que se dedicaran prácticamente en exclusiva a la retirada de nidos e intervenciones por este tipo de plaga desde hace varios años. Es cierto, como reconoce el jefe de Bomberos, que este año se están reduciendo las intervenciones, gracias a la instalación de trampas en las parroquias rurales, pero aún así siguen dando mucha labor en el parque de Roces. «El hecho de llevar a cabo esta función nos limita mucho. El bombero es un recurso demasiado valioso para una función como esa», reflexiona Pablo Ferrío. El objetivo en el que se está trabajando de la mano del servicio de Medio Ambiente del Ayuntamiento es externalizar este trabajo para que así «nos libere al personal». «Si tenemos a los compañeros atendiendo los nidos en una parroquia, y se les necesita en el parque por otra actuación, se tarda mucho en volver, y eso retrasa», argumenta Ferrío sobre un asunto, el de las velutinas, que llegó a desbordar a los bomberos hace unos años. Solo en el año 2020, por ejemplo, tuvieron que retirar más de 700 nidos por todo el concejo. Esas cifras, con el inicio de la instalación de mecanismos de trampeo, fue reduciéndose paulatinamente hasta las 580 del pasado año. Este 2023 ya van 241.

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