La expareja del autor del crimen de la inmobiliaria de Gijón denunció a la víctima por estafarla con el crédito

La querella, inadmitida, sostiene que Tobajas presionó para que la mujer firmara una deuda de 12.900 euros cuando solo recibió 3.500

Agentes de la Policía Local tapan el cadáver de Fran Tobajas en la calle Campo Sagrado.

Agentes de la Policía Local tapan el cadáver de Fran Tobajas en la calle Campo Sagrado. / Juan Plaza

Pablo Palomo

Pablo Palomo

La exmujer del autor confeso del crimen de la inmobiliaria de la calle Campo Sagrado denunció por estafa a Fran Tobajas, el dueño y víctima del crimen, al sentirse engañada por las condiciones del préstamo que, años después, llevarían a su marido, Felipe de Arriba, a terminar de dos puñaladas con la vida del responsable de Golden Star. La querella, a la que ha tenido acceso LA NUEVA ESPAÑA, es de 2007 y fue archivada, pero resume la versión que estos días han venido manifestando en el juzgado el entorno familiar del autor del último delito cometido en Gijón. La expareja del carnicero denunció que Tobajas la hizo ver que la única forma de recibir el dinero era firmar antes de ir al notario unas letras de cambio y documentos en blanco además de un reconocimiento de deuda de 12.900 euros, cuando la cantidad que había solicitado era de 3.500. La denuncia hace referencia a que, ante la imposibilidad de pagar, Tobajas les invitó a pedir una nueva hipoteca sobre su piso de Montevil, del que serían desahuciados tiempo después, por 75.000 euros. Les quedaba, en ese momento, por pagar solo 30.171 euros.

La concesión del préstamo se remonta a octubre de 2005. Siempre según esta denuncia, la mujer acudió a Tobajas porque necesitaba 3.500 euros para solventar unos retrasos en los pagos de la hipoteca y del préstamo del coche. Vio su anuncio en un periódico y tras una charla telefónica y un encuentro presencial, en el que Tobajas le habría pedido la escritura del piso, el futuro dueño de Golden Star (abrió el negocio mucho después) consideró que era factible prestarle el dinero. Felipe de Arriba, carnicero de profesión, no se enteró de nada de esto hasta el 2007.

El documento sostiene que Tobajas citó a la mujer el 30 de noviembre en el portal de la notaría para firmar "unos documentos muy importantes". Le explicó que en la escritura que iba a firmar ante notario (el reconocimiento de la deuda) figuraría que ella ya había cobrado. Le dijo que esto era porque el notario "necesitaba los justificantes de recepción" y que dentro de la sala "tenía que decir que sí a todo" porque sino "no podría realizar la operación y se quedaría sin el dinero". La tranquilizó diciendo que le daría su suma tras firmar. La denuncia mantiene que la mujer estampó su rúbrica en documentos en blanco "para que el notario cotejara su firma", le dijo Tobajas, en letras de cambio sin cumplimentar y en el mencionado reconocimiento de la deuda. Este documento especifica que recibió 12.900 euros y que debía devolver el 50% a Tobajas y el resto a otro prestamista. El interés era del diez por ciento y la fórmula de pago 48 mensualidades de 376,25 euros.

Extracto del reconocimiento de la deuda.

Extracto del reconocimiento de la deuda. / LNE

La demanda sostiene que la mujer aceptó por sus urgencias. Conoció al otro prestamista en la sala del notario. Tras leer lo firmado, se quedó callada "como le habían indicado". Al marcharse el notario preguntó que por qué en los documentos venía que recibía 12.900 euros cuando ella había pedido 3.500. La respuesta fue que eran gastos de gestión y que solo tendría que pagar lo que había pedido. Recibió los 3.500 euros y los ingresó en su mayor parte en un cajero de la avenida Constitución.

El primer pago fue en diciembre. A los tres meses, Tobajas pidió cambiar el número de cuenta por otro. La mujer accedió sin haberle dicho nada aún a su marido. Incluso llegó a esconder el documento de la firma de la deuda que Tobajas le dejó en su buzón. El primer impago llegó a los tres meses. La mujer dijo que "se sentía muy engañada" y que no pagaría más porque "las condiciones eran abusivas". Tobajas le habría "amenazado" con contarle todo al marido a lo que ella, "aterrada", cedió y le dijo que "haría lo que le pidiera". La futura víctima le aconsejó en ese momento unificar sus deudas a lo que ella accedió. Si bien, dice la querella, que Tobajas luego le "dio largas" mientras su situación económica era "cada vez más ahogada".

Fue en enero de 2007 cuando la mujer se lo dijo a su marido. Felipe de Arriba concertó una reunión con Tobajas. Este, según la querella, se negó a perdonar la deuda y les amenazó con echarles del piso en "15 días". Les dijo que debían pedir una nueva hipoteca por 75.000 euros. El documento dice que 40.000 euros sería la cantidad con la que todas las deudas se habrían solventado. El asunto dio otro giro de tuerca. El otro prestamista se puso en contacto con ellos porque había dejado de tener noticias de Tobajas y de los cobros. Esto lo explica la querella por el citado cambio de cuenta. Este segundo prestamista les dijo que "les habían estafado", que les ofrecía la ayuda, y que él solo quería cobrar lo que era suyo. La denuncia dice que "Tobajas se vio sorprendido en su maniobra". El 11 de octubre de 2007 la mujer fue demandada en los juzgados por unas cantidades de unas letras de cambio y su vivienda fue embargada. Fue entonces cuando acudió al despacho a poner la denuncia, que no llegó a ser admitida a trámite. Tras esto, muchos años después, Felipe de Arriba decidió tomarse la justicia por su mano.

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