Un grave incidente en la principal zona de ocio nocturno de la ciudad

Un puñetazo por la espalda y siete segundos de violencia extrema: así fue la paliza mortal de Gijón

La Policía ya tiene identificados al acompañante y al autor de los golpes a la víctima, José Antonio Justel, y solo resta localizarlos para poder detenerlos

Imagen de archivo de la calle Marqués de San Esteban.

Imagen de archivo de la calle Marqués de San Esteban. / Julián Rus

Pablo Palomo

Pablo Palomo

Había quedado con un hilo de vida y el peor de los desenlaces se confirmó ayer por la mañana. José Antonio Justel Alonso, el leonés de 44 años que fue víctima de una brutal paliza la madrugada del viernes al sábado en Fomento, falleció por la mañana en la UVI del HUCA, después de haber quedado en estado de muerte cerebral, como desveló LA NUEVA ESPAÑA, a consecuencia de la salvaje agresión perpetrada por dos hombres en la puerta de un conocido local de copas de la calle Marqués de San Esteban. El vídeo de las cámaras de seguridad del establecimiento, al que ha tenido acceso este periódico, determina que uno de los dos implicados, ya identificados plenamente por la Policía Nacional, fue mucho más violento que el otro, ya que nada más poner José Antonio Justel un pie en la calle le recibió con un puñetazo en la sien cuando el leonés se encontraba de espaldas a él, mirando hacia el interior del local. A partir de ahí, vinieron una sucesión de violentos puñetazos y patadas en la misma entrada del bar que habrían de acabar con la vida de este leonés, vecino de Gijón desde hace tiempo. Ya parte de la familia de la víctima daba por hecho hace dos días en el Hospital Central que no había nada que hacer para evitar el fatal desenlace. Les habían comunicado que solo restaba desenchufarle de las máquinas que le mantenían vivo. José Antonio Justel estaba separado, trabajaba en Correos y deja huérfano a un niño de 6 años.

El vídeo de la agresión es muy duro. La grabación fija como la hora de autos las tres y cinco de la madrugada del viernes al sábado. En la pieza, se aprecia como una joven avisa en la puerta de este bar de copas a un portero y hace una señal hacia el interior. A continuación, este portero desaparece de la escena y, pocos segundos después, sale a la calle uno de los implicados, un joven vestido con camiseta blanca, de unos 30 años. Este sale fuera, pero trata de volver a entrar, haciendo gestos hacia el interior. Le impide el acceso otro portero, que lo agarra de la cintura. Luego, el portero alertado por la chica saca a rastras al otro implicado, un joven con el pelo muy corto. Ya en la calle, el que salió primero hace ademán como de contener al que salió segundo.

Las cámaras marcan que solo ha pasado un minuto cuando la víctima sale a la puerta. José Antonio Justel Alonso mira hacia adentro del bar, de espaldas a sus agresores, cuando recibe el primer golpe. El individuo que salió en segundo lugar le da un puñetazo en la cara, sin que se pueda defender. Con la víctima arrinconada contra la pared, llegan muchos más golpes, patadas y puñetazos casi sin solución de continuidad. Lo que sucede a continuación no queda del todo claro, porque en la escena aparecen otras muchas personas que contemplan la agresión y tapan el ángulo de visión. Sí se sabe cual fue el resultado. A consecuencia de la brutal paliza, el leonés entró en parada cardiorrespiratoria, fue reanimado por los sanitarios, e ingresó con un traumatismo craneoencefálico en el HUCA.

La Policía Nacional fue la que se personó en el lugar de los hechos. Los agentes ya tienen perfectamente identificados a los dos responsables, que habrían reaccionado de este manera, en principio, por un encontronazo sin importancia con la víctima en el interior del local. Siguen de momento libres, pero el cerco sobre ellos ya es muy estrecho. Su detención está muy próxima a producirse. Solo faltan horas. Lo que tarden los agentes en determinar dónde se encuentran. Se da la circunstancia de que uno de los dos implicados ha seguido subiendo contenido a sus redes sociales después del suceso, que ha conmocionado a la ciudad y que ha tenido sus ecos en León, puesto que el fallecido, aunque trabajador de Correos en la ciudad desde hace años, había nacido en la capital leonesa.

Justel estaba separado y deja huérfano a un niño de 6 años. Las fuentes legales consultadas explican que los autores podrían enfrentarse a cargos de homicidio, o incluso de asesinato, en el caso de que se considere que sus actos fueron un homicidio alevoso. Alternativamente, podría ser un homicidio imprudente. La clave estará en determinar la intención tanto directa como eventual de la paliza que segó la vida de José Antonio Justel.

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