Adiós a Tolo de la Fuente, el gran teclista del folk y el rock asturiano de los setenta y ochenta

El músico, que pasó por bandas como "Salitre" o "Ilegales" y tocó con los principales solistas de la época, falleció en la madrugada del domingo en Cádiz, donde estaba afincado desde hacía años

Tolo de la Fuente en una imagen de finales de los años ochenta

Tolo de la Fuente en una imagen de finales de los años ochenta

Chus Neira

Chus Neira

La música del teclista asturiano Tolo de la Fuente (Gijón, 1949) se apagó para siempre en la noche del sábado al domingo en su domicilio de Zahora (Cádiz), donde residía desde hacía décadas y donde lidió, en los últimos años, con diversos problemas de salud que precipitaron su final. No por esperada, la despedida de Tolo de la Fuente golpeó con menos fuerza a sus amigos, compañeros de filas de la música asturiana en los años setenta y ochenta, en los que fue especialmente activo, en formaciones como «Cuélebre», «Salitre» o «Ilegales».

El saxofonista Juan Flores confirmó la noticia a este medio. La compañera de Tolo de la Fuente había mandado un mensaje a los amigos informando del desenlace. El teclista asturiano se había despedido tranquilo y rodeado de los suyos, escuchando su música. Flores fue, precisamente, uno de los principales compañeros de fatigas laborales de Tolo de la Fuente, que había nacido en Gijón en una familia de gran tradición musical. Su padre, Antolín de la Fuente, fue un gran compositor y director, histórico responsable de la banda municipal de Gijón.

Con Flores Tolo de la Fuente coincidió en la «Orquesta Principado» y prepararon un nuevo proyecto, «Lista secreta», que nunca vio la luz. Aquel experimento se frustró porque Jorge Martínez fichó a los dos para «Ilegales». Antes, Tolo de la Fuente, había sustituido en «Cuélebre» al añorado Berto Turulla en 1983, con quien comparte, junto a Mento Hevia y Manolo Santarrúa, el olimpo de los teclistas asturianos de la época dorada de los pioneros del rock.

Con «Ilegales» Tolo de la Fuente estuvo de 1988 a 1994, y grabó los discos «Chicos pálidos para la máquina», «A la luz o a la sombra todo está permitido» y «Regreso al sexo químicamente puro». «Adiós a un sorprendente artista, infatigable compañero de festejos, tanto nocturnos como diurnos, y capaz de celebrar la vida en todo tipo de circunstancias», escribió la banda en sus redes. Su líder, Jorge Martínez, destacaba la contribución del músico al sonido «Ilegales» de aquellos años y sus cualidades de «bon vivant». «Sabía vivir, rara vez se preocupaba por las cosas, tenía un instinto especial para llegar a los sitios y como músico era un improvisador nato, nunca tocaba dos veces una canción de la misma manera y bordeaba constantemente el golpe de estado musical».

En su discografía también destaca su paso por grupos como «Los archiduques» o «Salitre», que funcionó de 1973 a 1975 en la onda folk-rock de grupos como «Cánovas, Rodrigo, Adolfo y Guzmán». Allí compartió formación con Felipe del Campo, Pedro Bastarrica, José Luis Botamino y Rafael Laviada. Grabó y tocó también para solistas asturianos como El Nieto Celo Xuan, Jerónimo Granda o Chus Pedro.

Después de «Ilegales» Tolo de la Fuente se fue a Madrid, bajó a Caños de Meca y encontró allí su paraíso, afincándose en Zahora, según evocaba Juan Flores, que siempre encontraba una ocasión para visitarlo junto a otros amigos de la época, como el guitarrista Rafa Kas. «Para mí», resumió Flores, «ha sido un referente, un hermano, un tío positivo que sabía estar y te quitaba miedos cuando las cosas se ponían difíciles, que siempre nos decía ‘no pasa nada, seguiremos funcionando, somos músicos’».

Sus restos serán incinerados hoy en Conil.